La botella de Anís del Mono es un icono que nos acompaña desde 1870. Ha sido modelo para pintores como Pablo Picasso, Juan Gris o Salvador Dalí, figurante en películas de Hollywood como Donnie Brasco al lado de Johnny Depp. Se ha especulado mucho sobre el origen de su etiqueta y el perfil adiamantado de su botella. Instrumento musical, icono cultural, pionero en el diseño de packaging y branding y una de nuestras bebidas más famosas. Ahora un vídeo animado producido por DDB e ilustrado por Wearbeard nos relata en dos minutos una historia de 143 años. Descubre la verdadera historia de Anís del Mono.
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La historia de Anís del Mono se remonta al siglo XIX. Vicente Bosch, fundador de la marca, era uno de esos españoles que hicieron las Américas comerciando con sus productos. Del nuevo continente recibía todo tipo de curiosidades exóticas, entre esas curiosidades, en una ocasión llegó un mono que acabó por ser la mascota en la fábrica y a su vez dio el nombre a la marca. Pero ésta es solo una teoría. La segunda indica que Bosch aprovechó el debate que suscitaban las teorías de Darwin, para publicitar su marca como la más evolucionada. Esto explicaría la etiqueta, en la que se observa a un primate humanoide sostiene un pergamino que proclama: «Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento». Obviamente, esa ciencia se refiere al libro de Darwin El origen de las especies, publicado en 1859. También hay una teoría que sostiene que el rostro del primate humanoide, es el del mismo Charles Darwin –si tienes una botella de Anís del Mono a mano, puedes cotejarlo comparando la imagen de la etiqueta con una fotografía del célebre naturalista–. Y para rematar las conjeturas sobre el mono darwiniano, otros defienden que lo que se pretendía era desacreditar al científico debido a que los hermanos Bosch estaban en contra de la teoría de la evolución. De hecho, inicialmente el animal no tenía facciones reconocibles, la que se impuso con el tiempo fue la caricaturización del científico.
El diseño de uno de los carteles más míticos de la marca y de la historia de la publicidad en España corrió a cargo del pintor, cartelista y caricaturista Ramón Casas. Este no fue un trabajo de encargo directo, sino que fue fruto de la primera convocatoria de un concurso de carteles en España. Al concurso se presentaron varios de los mejores pintores de la época, aunque el elegido fue el cartel de Ramón Casas titulado Mona y mono.
Anís del Mono fue también el primer luminoso publicitario que se instaló en Puerta del Sol de Madrid en 1913, antes incluso que el de Tío Pepe. Entre las curiosidades de la etiqueta está la errata más longeva de la historia, en lugar de «destilación» se lee «destillación».
Otro elemento emblemático de Anís del Mono es la botella. La inspiración del diseño le llegó a Vicente Bosch en París, cuando se quedó prendado de los rasgos adiamantados de una botella de perfume.
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+info: anisdelmono.es