A veces a la creatividad hay que darle varias vueltas hasta encontrar un lugar donde todo encaja y donde las capas y capas de conceptualización crean algo sublime. Este es el caso de nuestra invitada de hoy, la ceramista Ana Illueca que empezó hace años con piezas pequeñas y ahora mismo se aventura en ámbitos gigantes, creativa y físicamente hablando. Aprovechamos la visita a su estudio para probar, junto a ella, el nuevo ordenador de MSI Modern 14, gracias a la colaboración de Gràffica con MSI, para descubrir así cómo le ayuda en su día a día la tecnología.
Tu trabajo como ceramista tiene un componente de natural, emocional, de literatura, de contexto, que lo cambia todo y le aporta un carácter diferencial. Es decir, no estás haciendo piezas simplemente porque hay que poner algo en la mesa o en la esquina de una casa, sino que hay otro componente. Ese mismo ingrediente podríamos llevarlo a cualquier otra actividad creativa, ¿no?
Sí. Siempre parto del concepto. Siempre hay un punto muy storytelling, una creatividad detrás, un concepto en el que investigo. Me gusta mucho la emocionalidad, investigar sobre las emociones…
Me gusta mucho aportar a algo tan rígido como es la cerámica carácter y emoción.
Por ejemplo, en Relationships la cerámica da forma a jarras, pero son jarras que hablan sobre la relación con el otro, con un carácter siempre respecto a la otra persona. Al igual que las personas que cambian dependiendo de a quién tengan delante. Nadie es igual con sus amigos de cervezas que firmando un contrato de miles de euros… y esa terceridad es lo que me interesa trasladar con mis piezas.
¿Es ese el proyecto en el que estás trabajando ahora mismo?
Sí, es mi proyecto artístico personal. Estoy en la mitad del lanzamiento de una colección de piezas que se llaman Relationships, que estuvieron en una exposición en El Convent de Vila-Real, y sigo trabajando con ellas. Y, al mismo tiempo, estoy trabajando también en piezas bastante más grandes que requieren más técnica por mi parte con el torno destinadas al hábitat. Son maceteros con mucha presencia, con mucho barro y con mucho torno.
¿De tamaño grande?
Sí, sí, 4XL.
O sea que has pasado de hacer tazas pequeñas a ir ampliando ese inventario de productos que se van haciendo grandes para también llegar a otros ámbitos…
Claro, las tazas la verdad es que son un producto que no voy a dejar de hacer porque es como empecé, ahora las entiendo como un producto que me permite estar conectada a un público muy concreto, sobre todo a un público más local.
Pero las piezas que estoy haciendo ahora mismo ya entran más en el territorio del hábitat, destinadas a los interioristas, a los arquitectos… Desde revestimientos para paredes hasta piezas cerámicas que aportan una diferenciación a la casa o una personalidad. Me he dado cuenta de que he ido eliminando pequeñas piezas y produciendo objetos más grandes, con mayor presencia. Eso ha supuesto también un esfuerzo técnico a nivel de torno. Mi motivación es que dentro de casa tengamos menos cosas, pero con más significado.
¿El torno es tu principal herramienta de trabajo?
Utilizo el torno todo el tiempo, cosa que me encanta. Tanto para mi trabajo más funcional como para mis proyectos artísticos. El encargo de hacer una vajilla de 43 piezas para mí es un regalo porque me une al torno durante jornadas.
El torno es hipnótico. Las piezas de cerámica hechas en torno y esmaltadas con ese punto diferente entre ellas… tienen mucha presencia, comunican per se, solas. Además de tazas y vajillas, también trabajo en el torno lavabos. Son piezas muy sencillas pero es que un baño no necesita más. El propio material lo cuenta todo. Creo que existe también esa tendencia de menos cosas, pero con más relato.
Hay una parte en todo trabajo artístico y artesanal que mucha gente no conoce o simplemente obvia, que es la faceta comercial. Al final tú tienes que vender lo que haces, y hay que venderlo como cualquier otro tendero. Comercializas tus productos en la web online, a través de eventos… ¿Cómo llevas esa cara B que a los creativos nunca nos gusta afrontar? ¿Supongo que aquí es donde el ordenador se convierte en otra herramienta esencial de tu trabajo?
Me da una pereza siempre… No sé si debería decir esto. Pero después de tantos años gestionando mi taller he aprendido una cosa: a parte de Excel y de hacer tablas dinámicas —que eso de hacer tablas dinámicas me pareció de tercero de MBA—, he aprendido mucho técnicamente con programas de organización que me han ayudado a clarificar y a poner el foco.
Al final, ser consciente de que tu proyecto artístico depende de si facturas o no facturas ayuda muchísimo a poner el foco donde lo tienes que poner y no desviarte. Más allá de que sea algo tedioso tener esos momentos de gestión, de números y de presupuestos.
Subir los productos a la tienda, recibir pedidos y hacer los envíos…
Más allá de eso también he aprendido a optimizar los tiempos y a colaborar con personas que me ayudan en esas facetas y que son muy buenos cada uno en lo suyo. Y si no es la persona, es la empresa. Por ejemplo, la empresa con la que trabajo para envíos es DHL, que es un poco más cara a lo mejor que las demás, pero no me resta tiempo en problemas, tiene un servicio que también trabaja sobre la sostenibilidad, siempre se recogen mis cosas en bici y si en destino hay bici se entrega en bici, dentro de los gastos de envío pongo un plus para compensar el CO2. Todo eso es importante para mi.
La parte de gestión es una parte tan fundamental en cualquier negocio creativo que la mayoría de los diseñadores y creativos quieren obviar, pero es inevitable y además hay que pasar por ella.
Y lo que más me costó, a mi personalmente, fue aprender a poner valor a mis piezas, lo que más me costó de todo. También creo que aquí en España nos cuesta mucho hablar de dinero, y sobre todo a nivel artístico.
Has dicho la palabra justa, porque no es ponerle precio, es ponerle valor. Lo que cuesta de fabricar algo es una cosa, pero luego hay una capa que es invisible y que cuesta medirla, sobre todo por uno mismo.
Claro, porque tú te crees que eres tu propio público objetivo, tus amigos a lo mejor tampoco son tu público objetivo y ves tu trabajo a través de sus ojos… Sobre todo al principio. Tienes que entender a ese otro público que tal vez no es el de tu entorno.
Y ofrecerle el servicio como lo exigen. No vale cualquier cosa.
Hago mucho envío internacional y tengo muchos clientes que compran el objeto sin tocarlo, me tengo que preocupar de que se perciba bien, de que se perciba bien la tactilidad de la pieza a la que yo dedico mucho tiempo, que se perciba el trabajo y los valores que hay detrás.
A nivel de comunicación tienes que hacer un esfuerzo extra para compensar esa ausencia. Porque para mí que entre en la tienda alguien que va por la calle y me compre no es lo normal.
¿Y en todo este proceso cómo te ayuda la tecnología de un ordenador como el MSI Modern 14? ¿Es una herramienta que te ayuda en tu día a día?
A la tecnología le pido lo máximo y este ordenador MSI que tengo ahora responde. Intento que supla el tiempo que yo prefiero dedicar a otras cosas. A nivel de software, no tanto de la máquina, utilizo mucho los calendarios, un programa de gestión para sincronizarme con el equipo, utilizo el mail, un programa online para facturación y para presupuestos, y otro para edición de fotos. Ese es mi entorno a nivel de software.
El MSI Modern 14 es una magnifica herramienta. Me ha sorprendido su velocidad. Todo es instantáneo. Y eso para mí es vital.
Ana Illueca
Además de para gestionar la parte económica del taller, también le das un uso más creativo ¿verdad?
Sí, en todos mis proyectos hago mucho hincapié en la parte del concepto: la propia ejecución de la pieza que intento siempre llevarla al torno como hemos hablado antes. En esto es fundamental la importancia de la imagen y de la fotografía, que es lo único que perdura para mí. Utilizo Photoshop para editar las fotografías del proceso y de los productos. La persona se lleva ese macetero gigante que me ha costado meses hacer, o esa vajilla y yo me quedo con las fotos de la pieza. En mis proyectos artísticos, sin embargo, intento trabajar con fotógrafos profesionales. Estas últimas sesiones he trabajado con Pau Rodilla y las fotos son una continuación del concepto…
Sin esas fotografías seguramente no se entenderían ciertos proyectos…
Claro. Hace poco hice cuatro crisálidas, unas vasijas muy cool que hablan sobre el momento del cambio, y de ese instante en el que una crisálida rompe. Quería transmitir ese proceso creativo con imágenes. Hicimos una sesión con aguas flotando para transmitir esa instantaneidad, ese cambio. El cliente que adquirió las cuatro crisálidas adquirió también las cuatro fotografías que iban unidas. Son las tres patas de todo proyecto: primero el concepto; en segundo lugar, la propia ejecución de la cerámica porque es muy técnica, y tercero la fotografía del producto. Y ahí es donde se demuestra que en cada proyecto entran en juego la creatividad, la artesanía y la tecnología.
El MSI Modern 14 además me gusta porque pesa muy poco, porque sabes que yo a parte soy docente y viajo mucho, entonces el peso es de las cosas más importantes para mí. Hay días que si tengo muchas gestiones me quedo en casa y no voy al taller, así que lo muevo todos los días para tenerlo siempre conmigo.
Hoy todos llevamos un ordenador en la mochila.
Y la mochila todo el rato conmigo. El peso es algo que yo valoro mucho. Pesa menos de 2kg y es super fino, menos de16mm, con todos los conectores USB-C, USB, HDMI para presentaciones…
Y también la pantalla que con un bisel finísimo te permite aprovechar los 14” al máximo, parece mucho más grande. Por el peso y por la pantalla, el ordenador me permite trabajar y viajar. Puedo retocar imágenes, que a veces son gigantes por ser de alta resolución muy rápidamente y la pantalla me permite ver las fotos con una calidad inmejorable.
Y lo que me ha sorprendido es que tiene un certificado de durabilidad de grado militar, y eso es perfecto para un taller de cerámica. Aquí siempre hay barro, polvo, frío, calor… Parece que pensaron en talleres creativos como el nuestro a la hora de diseñar este ordenador.
Como nos cuentas, tú viajas, te mueves, y estás continuamente viendo cosas a tu alrededor… ¿En qué momento ves al mundo de la creatividad y del diseño? ¿Qué tendencias o corrientes ves ahora mismo que crees que van a ser una norma dentro de muy poco?
A ver, a nivel de diseño: la Inteligencia Artificial. No me quiero meter mucho aquí.
Te estás metiendo en un buen jardín…
Solo voy a dar un apunte sobre esta parte. Al final la conclusión a la que llego yo es que en un futuro prácticamente inmediato en el que la Inteligencia Artificial podrá generar imágenes de todo tipo los creativos lo que tenemos que trabajar es nuestro punto de vista, nuestra de identidad. Desde allí será desde donde partas para pedirle determinada imagen para determinado escenario.
Lo que nos queda a los humanos es trabajar ese punto de vista, trabajar esa identidad y esa identidad artística o de profesional del diseño y trabajar el foco.
Cada vez más tenemos que ser honestos y no acumulativos.
Ana Illueca
Eso es algo que yo he ido practicando, cómo eliminar ruido alrededor para quedarme con lo esencial, pero que eso esencial me cuente mucho. Es mejor tener dos tazas en vez de diez, pero las dos son del viaje X o del artista X, o que tus maceteros no sean un soporte de una planta, sino que sean el objeto que complementa o que juega con la planta.
Para finalizar, danos algún highlight de tu trabajo que podamos ver en el futuro. Algo que tengas entre manos y que vayamos a ver próximamente.
¿Algo que tenga entre manos y que esté trabajando ahora? Pues el proyecto más interesante es el que estoy haciendo con Joan Cerveró. Joan es un compositor, director de orquesta de música contemporánea, con el que estoy haciendo un proyecto que se acerca más a la instalación artística que a lo que es el hábitat.
Este es un ejemplo del tipo de trabajos de colaboración que me mueven. Trabajos que me llevan a sitios en los que no había siquiera pensado hasta que Joan entró por la puerta y dijo que quería hacer algo de música con cerámica, pero no sabía qué. Y el «no sé qué» es importante para mí porque si la persona viene a hacer un encargo ya establecido a mí me quita la mejor parte, que es la creativa. El «no sé el qué» es perfecto.
Ahora ya tenemos el prototipo hecho, que ha sido un proceso creativo muy bonito con él, me ha parecido un privilegio trabajar con una cabecita así, la verdad.
¿Pero se trata de piezas que se integran en la música? ¿Que suenan? ¿O es lo que simplemente se muestra?
Este era el punto de partida. Pero queríamos que sonaran con la interacción del usuario, y que el usuario no necesitara saber de música. Tampoco es un instrumento. Hemos buscado un concepto muy interesante basado en los materiales y las formas. Tenemos un prototipo que por lo menos nos indica que el sonido es el que queremos y ahora tenemos que trabajar más sobre la estética, la forma y la propia instalación en el espacio.
Buscamos piezas que generaran música pero que no fueran instrumentos al uso.
Siempre sorprendente. Cada nuevo proyecto que sale de tu taller es como una vuelta más de creatividad, vas añadiendo capas de belleza…
Con este proyecto he aprendido mucho sobre el sonido. Cómo se emite, diferentes tipos de sonido y luego también sobre los materiales que utilizo y cómo influyen. Al final estamos haciendo algo como moldear el sonido. Es algo que me encanta porque es real. Porque realmente no es una melodía lo que hemos hecho, es moldear el sonido.
Al principio Joan tocaba una pieza mía y me decía: ¿no lo notas?, es un Do sostenido. Claro, para mí eso es ciencia ficción y hoy en día sigue siendo ciencia ficción. Pero sí que he aprendido los diferentes tipos de sonido y cómo modificar la pieza que estamos construyendo para conseguir un sonido determinado.
¡Qué maravilla!
Actualizado 09/11/2022