Bajo la consigna Humano Ante Todo, durante los últimos días de diciembre se presentó en Buenos Aires el impresor tipográfico Amos P. Kennedy Paul Jr. Una vida dedicada al activismo político, la gráfica social y la lucha por los derechos civiles. Para cerrar 2016 con el puño en alto.
Por primera vez en Argentina, Amos P. Kennedy Jr. hizo un repaso de su extensa vida como impresor tipográfico, donde recordó su aprendizaje en una imprenta comunitaria de Chicago y parte de su técnica, reflexionó sobre el valor simbólico y monetario de su trabajo y —aún en la amargura abrasiva de sus posturas frente al mundo contemporáneo— ofreció una mirada esperanzadora acerca de las nuevas generaciones. «Me dedico a la impresión tipográfica desde hace veinte años. Mi trabajo es un acto político. En verdad todo lo que hago es político. Apunto a vivir en el mundo en que quiero vivir, y no en el mundo que tengo que vivir. Mi estilo de vida es una oposición lisa y llana a lo que en mi país llamamos el sueño americano». Enfundado en su clásico outfit de jean jardinero y remera rosa, Amos Kennedy es un activista tiempo completo, que en su peregrinar en tantos años de oficio cambió la vida de mucha gente, así como mucha gente cambió su propia vida. Según la filosofía del tipógrafo de Detroit, esos rasgos definen la esencia del ser humano.
Invitado por Federico Cimatti, de Prensa La Libertad, en la euforia de su lenguaje Amos Kennedy denosta el consumismo, la política neoliberal y toda forma de opresión de la vida moderna. «Vivimos un momento en el que el trabajo se torna mas importante que la vida misma. Obliga a la sociedad —al menos en mi país— a trabajar todo el tiempo para sobrevivir. La esclavitud del salario esta a un solo paso de lo que era la esclavitud propiamente dicha». Cuando Federico Cimatti le propuso imprimir un manifiesto para el encuentro, –en tanto colaboración tipográfica y pieza de colección–, lo primero que pensó Kennedy fue First I Am Human (traducido aquí como Humano Ante Todo) porque es ante todo lo primero que somos. «Para mi es una declaración muy importante» —resalta Amos— «porque desde que mis antepasados llegaron a Estados Unidos nos han tratado como subhumanos, es decir, menos que humanos y a partir de allí construyeron una nación. Esa arrogancia se diseminó por todo el mundo y es algo que debemos detener». Con fuertes observaciones a su país, Kennedy fustiga la enmienda XIII de la Constitución que aún sostiene ciertas formas de esclavitud, afirma que América representa a todo el continente y reivindica a los trabajadores del sur de su país. Como diría Roland Barthes, imágenes, elocución y léxico que nacen del cuerpo y del pasado, y que cobran potencia en la transferencia oral e impresa de Amos Kennedy.
Sin embargo, no todos resultan ensayos críticos por parte de Kennedy. Si en el reciente Are We Human? (Lars Müller Publishers, 2017) los autores Mark Wigley y Beatriz Colomina creen que es una pregunta urgente, propia del campo de la arqueología del diseño en su vínculo con el hombre, en el caso de Amos Kennedy, –con una amplia sonrisa de predicador y la convicción de ser fiel a si mismo–, la noción de humano se define por medio de la generosidad. «Debemos ser más generosos si queremos sobrevivir. Es la clave para un mundo mejor. Existe un potencial en todos nosotros para ser felices. Sinceramente creo en la generosidad para llegar a la felicidad». Bajo estas consignas, las imágenes de su presentación repetían frases tipográficas de George Washington Carver, Jo Ann Robinson y la pionera Rosa Louise Parks junto a máximas y proverbios bajo la influencia del reggae, el café y los libros, otra de sus pasiones. Palabras, como dijo alguna vez, que busca honrar y ponerlas a consideración del mundo.