Tras la oleada de concursos de diseño para echarse a reír –o a llorar– que hemos estado viendo últimamente tales como ‘Una cena con el Gobernador Electo para el ganador de un concurso de logotipo’ o ‘Tu peso en cerveza por ganar un concurso de diseño’, Javi Suárez de Atipus nos presenta un concurso (en el que han participado y finalmente ganado) que aporta un aire fresco al ambiente enrarecido de los certámenes de diseño. El ayuntamiento de Alella (Cataluña) propone un modelo de concurso que aboga por la profesionalidad del diseñador gráfico
Alella se convierte durante tres días en un punto de encuentro para los amantes del territorio, el vino y la gastronomía. Una fiesta que reivindica la tradición vitivinícola del pueblo y la riqueza patrimonial, cultural y gastronómica del municipio. Conferencias y clases magistrales sobre el mundo del vino, actuaciones, muestra gastronómica y visitas guiadas son algunas de las actividades que componen esta fiesta.
La Festa de la Verema d’Alella es, con 40 ediciones realizadas, una fiesta tradicional que celebra la vinculación del municipio con la vitivinicultura y los productos de la Denominación de Origen Alella.
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Cada año se renueva la imagen gráfica para este evento, y cada vez más el Ayuntamiento vela para que sea una apuesta creativa, profesional y adecuado a la naturaleza de la fiesta. Por este motivo, la junta de gobierno local convoca año tras año un concurso restringido y remunerado con representatividad profesional entre el jurado. Una apuesta ejemplar por el diseño para un ayuntamiento municipal de poco más de 9.5000 habitantes.
«Convocaron a cuatro estudios, con perfiles diferentes, nos expusieron el brief en una reunión con miembros del ayuntamiento (reunión/exposición/debate/preguntas). Se marcaron unos plazos muy correctos y quedamos un día para exponer y defender la propuesta, delante un jurado con profesionales del diseño. La participación era remunerada y el ganador recibía el encargo de desarrollar las diferentes piezas comunicativas (cartel, banderolas y folleto)» explica Eduard Duch, de Atipus.
Para esta edición 41ª, a diferencia de las ediciones anteriores, el ayuntamiento de Alella decide apostar por una imagen más festiva en la que todos los elementos de la fiesta estuvieran representados de alguna forma, haciendo especial hincapié en las jornadas gastronómicas y los productos locales como eje transversal de las actividades.
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Desde el estudio propusimos una imagen directa y honesta, sin florituras ni edulcorantes. Algo divertido y poco ortodoxo, donde los protagonistas fueran los elementos que componen la fiesta.
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Finalmente esto se materializa en un sistema aleatorio de imágenes que componen los diferentes elementos de comunicación. En pro de poder generar el máximo número de variantes posibles se optó por producciones de bajo coste, materiales standard e impresión a una tinta.