Tras la oleada de concursos de diseño para echarse a reír –o a llorar– que hemos estado viendo últimamente tales como ‘Una cena con el Gobernador Electo para el ganador de un concurso de logotipo’ o ‘Tu peso en cerveza por ganar un concurso de diseño’, Javi Suárez de Atipus nos presenta un concurso (en el que han participado y finalmente ganado) que aporta un aire fresco al ambiente enrarecido de los certámenes de diseño. El ayuntamiento de Alella (Cataluña) propone un modelo de concurso que aboga por la profesionalidad del diseñador gráfico
Alella se convierte durante tres días en un punto de encuentro para los amantes del territorio, el vino y la gastronomía. Una fiesta que reivindica la tradición vitivinícola del pueblo y la riqueza patrimonial, cultural y gastronómica del municipio. Conferencias y clases magistrales sobre el mundo del vino, actuaciones, muestra gastronómica y visitas guiadas son algunas de las actividades que componen esta fiesta.
«Convocaron a cuatro estudios, con perfiles diferentes, nos expusieron el brief en una reunión con miembros del ayuntamiento (reunión/exposición/debate/preguntas). Se marcaron unos plazos muy correctos y quedamos un día para exponer y defender la propuesta, delante un jurado con profesionales del diseño. La participación era remunerada y el ganador recibía el encargo de desarrollar las diferentes piezas comunicativas (cartel, banderolas y folleto)» explica Eduard Duch, de Atipus.
Actualizado 21/05/2019