El próximo día 23 de junio abrirá sus puertas el Centro Botín, una extensión de la Fundación Botín que, desde que se fundó en 1964, promueve el desarrollo social y cultural. Para esta institución el arquitecto Renzo Piano (Premio Pritzker en 1998) ha proyectado un sugerente edificio y 2×4 ha realizado el proyecto de su identidad visual.
Ya que este nuevo centro busca potenciar el talento y la creatividad, el equipo de diseño de 2×4 en Madrid nos explica que el briefing que recibieron se centraba en crear una identidad que «comunicara los valores innovadores de su programación, uniendo arte y educación, para audiencias nacionales e internacionales». A partir de este punto se creó un universo propio basado en la simplicidad y evocando lo contemporáneo.
Desde la sencillez y la sensatez
Aunque está inspirado en el edificio, la identidad del Centro Botín «evita su interpretación literal» y toma como referencia los dos volúmenes que caracterizan la construcción de Renzo Piano, las dos áreas en las que se focaliza su programa (educación y arte) y los dos tipos de audiencia (internacional y local). El número dos, por tanto, adquiere cierto protagonismo y se representa con dos líneas paralelas que cortan y delimitan el logotipo para también hacer referencia a su ubicación entre el mar y la ciudad.
Este logotipo, bilingüe y muy sencillo, se construye con Trade Gothic Bold –una tipografía de proyección vertical– y parece buscar un discreto protagonismo ya que se ha concebido en blanco y negro “para que las obras de arte aporten libremente la carga cromática”. Podemos deducir que la visión de 2×4 para este proyecto es la de una identidad silenciosa que, sin estridencias, acompaña al Centro Botín en su búsqueda por el impacto cultural.
Diseño de pictogramas y pattern
El diseño de esta identidad comprende la creación de la señalización del edificio (que para 2×4 supone su tercer proyecto de señalización de un edificio de Renzo Piano). Esta parte del proyecto incluye una iconografía propia y un completo sistema de pictogramas que ayuda a los visitantes a orientarse en el espacio. Su diseño, también de espíritu calmado y sin estridencias, tiene el objetivo de «no competir con la arquitectura» e integrarse en ella aun siendo visible y legible. Para ello se han creado iconos bicolores con trazos abiertos y recurrido a la tipografía TStar Pro.
Además, otro detalle interesante de esta identidad es la incorporación de un pattern inspirado en la fachada y en su peculiar textura formada por platos de cerámica que reflejan la luz del cielo y del mar y que recubren el edificio. Estas semiesferas inspiran a 2×4 para crear un elemento complementario de la identidad y romper así su sencillez aportando una riqueza visual no invasiva.
La aportación de Renzo Piano y Cristina Iglesias
Cada vez es más frecuente que las sedes de las Fundaciones y los Museos estén firmadas por arquitectos reconocidos internacionalmente. De alguna manera, cuando una institución cultural encarga su edificio a un arquitecto, está haciendo una aportación significativa a la historia de la arquitectura. Pero, desde el punto de vista del branding, la originalidad y la innovación de estos edificios se convierten en uno de sus rasgos identitarios más relevantes de estas instituciones porque aportan valor y son la imagen que mejor los representa. Sin duda un edificio singular es una parte activa de su identidad de marca.
Aunque la construcción de este edificio fue polémica en sus inicios, cuando varias asociaciones culturales y patrimoniales pusieron en duda su ubicación, lo cierto es que el proyecto de Renzo Piano es interesante y conlleva una intervención urbana que «integra el centro de la ciudad y los Jardines de Pereda con la bahía de Santander». Para ello, el edificio del Centro Botín no toca la tierra. Sus dos volúmenes están suspendidos sobre pilares y el diseño, que juega con la luz y la ligereza, busca la «integración con el entorno».
Además, Cristina Iglesias ha creado una intervención escultórica titulada Desde lo subterráneo compuesta por cinco bajorrelieves de piedra y cuatro pozos en los que fluye en agua y que «encierran motivos orgánicos tallados en acero fundido, simulando las algas que podrían existir en un posible jardín submarino».
Aportación e impacto
En el momento de su apertura, el Centro Botín será la mayor infraestructura cultural de Santander lo que promete revitalizar la zona cántabra. Para empezar su actividad, acogerá la instalación de Carsten Höller, una muestra de dibujos de Goya y las exposiciones Arte en el Cambio de Siglo –con piezas pertenecientes a la Colección de la Fundación Botín– y Julie Mehretu. Historia Universal de Todo y Nada –organizada en colaboración con la Fundação Serralves–.
Actualizado 06/05/2021