La fotografía de boda, habitualmente, suele ser vista como una disciplina en la que la creatividad y el ingenio deben destacar, ya que se trata de una vertiente muy ‘estancada’ a priori sin demasiadas variantes para fotografiar.
A pesar de esta estandarización que existe en torno a las fotografías de bodas y que hace que todas estas ceremonias acaben pareciéndose en las imágenes y recuerdos gráficos, existen fotógrafos y parejas –ya que esto es algo que influye a ambas partes– que quieren arriesgar en la sesión para poder conseguir así unas fotografías de boda que nadie tiene y que acabará recordando.
Éstas sólo son una pequeña parte de aquellos fotógrafos y parejas que quisieron arriesgar en el book de la boda para tener unos recuerdos realmente bonitos y que nadie tuviese. El por qué estas imágenes son diferentes al resto en su gran mayoría tiene que ver con el fondo por el que están rodeados. Este fondo siempre suele ser de estudio o el típico de una iglesia, por lo que no da mucho margen a crear algo nuevo en cuanto a fotografías de bodas.
Además del fondo de las imágenes, también podemos destacar y decir que son las mejores porque cada una cuenta una historia distinta mientras que las bodas, normalmente, suelen seguir una misma rutina y proceso por lo que mantiene demasiados rasgos en común.