El Ayuntamiento lanza un concurso de diseño para crear toda la identidad gráfica de un festival cultural, con una carga de trabajo que dista mucho de lo que puede considerarse una remuneración profesional.

Cartel oficial. Logotipo. Página web o landing page. Plantillas para redes sociales. Señalética del evento. Merchandising: camisetas, pines, tote bags. Entradas, acreditaciones, programa, folleto… La lista de elementos que el Ayuntamiento de Yecla exige diseñar para el Festival de Arte Contemporáneo Joven 2025 suma más de una decena de piezas gráficas. A cambio, ofrece un único pago de 1.200 euros. La convocatoria está dirigida exclusivamente a jóvenes de entre 18 y 35 años residentes en España, y puede presentarse una única propuesta por persona o equipo.
La desproporción entre la carga de trabajo exigida y la retribución económica ofrecida es evidente. El encargo equivale al desarrollo completo de la identidad visual y los materiales gráficos de un festival de diez días, sin que se contemple ningún tipo de contrato profesional ni despiece presupuestario. El concurso se presenta como una oportunidad creativa para jóvenes, pero lo que se espera de los participantes está más cerca de una campaña de comunicación integral que de un ejercicio de iniciación o formación.
Más allá del desequilibrio entre lo que se pide y lo que se paga, el concurso adopta un modelo que puede calificarse como especulativo: los participantes deben trabajar por adelantado, desarrollando propuestas completas sin ninguna garantía de ser seleccionados ni compensados por el tiempo invertido. Solo una propuesta será premiada, y el resto —aunque cumplan con todos los requisitos exigidos— no recibirán ningún tipo de reconocimiento ni contraprestación. Un planteamiento que no solo precariza el trabajo creativo, sino que perpetúa dinámicas poco sostenibles para quienes intentan iniciarse en la profesión.
Tampoco se ofrece información sobre quién formará parte del jurado, cómo se seleccionará la propuesta ganadora o qué criterios específicos se aplicarán para su valoración. Lo único que se menciona es que se valorará la originalidad, la coherencia y la adaptabilidad del diseño. No se especifica si habrá una deliberación pública, actas o proceso transparente que garantice una elección justa.
Por si fuera poco, las bases también obligan a la cesión total de los derechos de uso y explotación del diseño al Ayuntamiento de Yecla. Esto significa que, aunque el diseño sea obra de una persona o equipo joven, la autoría pasa a manos del consistorio, sin posibilidad de control futuro ni compensaciones por usos derivados. Además, los ganadores deberán entregar los archivos originales editables y realizar todas las adaptaciones necesarias para su aplicación, sin que se contemple un pago adicional por este trabajo técnico posterior.
El concurso está organizado por el Espacio Joven del Ayuntamiento, un área que en teoría debería fomentar el desarrollo profesional de los jóvenes en condiciones justas. Sin embargo, en este caso, la propuesta no solo no dignifica el trabajo creativo, sino que lo devalúa desde su raíz. El festival se celebrará entre el 27 de junio y el 6 de julio en la Plaza de Toros de Yecla, y todo su universo gráfico estará basado en la propuesta seleccionada. Una identidad que, a todas luces, costará mucho más de lo que el Ayuntamiento está dispuesto a pagar. Esperemos que en el nuevo foro sobre jornadas de orientación educativa y profesional les enseñen a no presentarse a este tipo de concursos abusivos y especulativos.