¿Y si a través del diseño logramos hacer un mundo mejor?

En colaboración con ESNE.

Todo aquello que abarca nuestra vista está diseñado. Desde la señal de tráfico que nos advierte que tenemos que hacer un STOP o el billete de metro con el que nos desplazamos por la ciudad hasta la taza con la que nos tomamos un café. Otra cuestión muy distinta es si el diseño es bueno o malo. Lo mismo sucede con la estética, lo que habitualmente denominamos ‘bonito’ o ‘feo’. Lo que está claro es que un buen diseño va más allá del ‘me gusta’ o ‘no me gusta’; a veces no tiene por qué buscar la belleza perfecta, simplemente se trata de que cumpla una función, aunque bien es cierto que, si además es bonito, siempre tendrá un plus. Poder ajustar todos estos parámetros depende de un elemento clave, la formación con la que cuenta el buen profesional.

Photo by Green Chameleon on Unsplash.

Si el diseño está tan presente en nuestras vidas, ¿por qué hasta hace unas pocas décadas ha sido un gran desconocido? Actualmente, la Unión Europea presta especial atención al diseño como un agente que permite a una sociedad avanzar. El diseño es fuente de innovación, y por consiguiente de bienestar y riqueza. Está igualmente ligado a una sociedad más moderna y a un futuro más sostenible. Sin embargo, no es hasta la implementación del Plan Bolonia, hace aproximadamente una década, cuando surgen los grados integrales especializados en Diseño –Moda, Interiores, Diseño Gráfico y Multimedia–.

¿Y qué pasa con el Grado de Diseño de Producto? Efectivamente, hasta que éste no ha llegado a ser oficial, la oferta universitaria en Diseño era incompleta en España. Eso ha generado que hasta hace poco, en su mayoría, los diseñadores de producto procedieran de distintas disciplinas. Pero, ¿es lo mismo el diseño de un edificio que el diseño de un objeto? Obviamente no.

El diseño mejora nuestra relación con lo que nos rodea. Cuando un objeto está bien diseñado, nuestra experiencia de usuario se ve enriquecida, estéticamente todo resulta más agradable, incluso el medio ambiente se ve beneficiado. Un buen diseñador de producto debe contemplar todo un mix de variables para que esto se produzca, desde tecnología y arte hasta ciencia y estrategia empresarial.

Encontrar a ese profesional que cumpla con estos requisitos es fundamental para la industria. Cada vez son más las empresas que demandan en sus plantillas a profesionales con un Grado Innovador que aúna la Creatividad con la Tecnología, como es el Grado en Diseño de Producto. Y para ello es indispensable encontrar una formación completa, 100% práctica y eminentemente centrada en las actuales las necesidades de la industria.

Smart Electric Charge, desarrollado por los alumnos de 2º curso del Grado de Diseño de Producto de ESNE.

Siguiendo esta línea, en el sector de la automoción y dentro del fomento de la movilidad eléctrica, lo alumnos de Diseño de Producto de ESNE han colaborado en el desarrollo del Smart Electric Charge de la marca Wallbox. Se trata de un cargador eléctrico cuyo primer proyecto comercial fue presentado en Stuttgart, en la EVS30 Electric Vehicle Symposium & Exhibition 2017. Y posteriormente, han surgido nuevas colaboraciones con los alumnos que se han presentado en salones profesionales como en la eMove360 2017 de Munich, en el Salón Geneva Motorshow 2018 o en el Mobile World Congress en Barcelona, de la mano de SEAT y en Pekín, en el contexto de la International EV Technology Fair 2018.

Proyecto Family, desarrollado por los alumnos de 2º curso del Grado de Diseño de Producto en colaboración con Carrefour.

Otro caso real desarrollado por los alumnos de 2º curso del Grado de Diseño de Producto es Proyecto Family. Esta barbacoa patentada surge mediante un convenio de colaboración con Carrefour. Se trata de un primer modelo comercial a nivel internacional. Entre las ventajas que los alumnos potenciaron en su diseño, destaca que es un modelo que fomenta la cocina participativa, es regulable, desmontable para su limpieza en lavavajillas y está realizada en materiales sostenibles de alta calidad. Sin duda, se trata de aspectos innovadores y diferenciales respecto a las barbacoas tradicionales.

Estos son tan solo unos ejemplos de lo que el diseño de producto puede aportar a la sociedad. En definitiva, se trata de adaptarse a los gustos y al perfil del nuevo consumidor, pero también de diseñar productos con una mayor trazabilidad y enfocados a la nueva economía circular.

En la Incubadora Creativa de ESNE puedes encontrar más proyectos desarrollados por los alumnos de la escuela, donde la sostenibilidad económica, medioambiental y social son la clave.

Si te apasiona el buen diseño, pero también quieres que éste sea útil y pueda aportar un granito de arena al mundo que nos rodea, te sugerimos que le eches un vistazo al Grado Oficial en Diseño de Producto que ofrece ESNE, una formación global y holística para el diseñador de producto del futuro.

esne.es

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