Por segunda vez en São Paulo, Brasil, el evento internacional What Design Can Do se constituye en el encuentro más importante del diseño social. Una cita a la que asistió nuestro corresponsal argentino Lucas López.
Con la presencia de las diseñadoras Elaine Ramos y Roxana Rodríguez, Selly Raby Kane y Aline Cavalcante, los diseñadores multimediales Jan Rothuisen y Rogier Klomp, el arquitecto Jam Knikker y el chef Rodrigo Olivera, What Design Can Do se presentará en São Paulo el 13 y 14 de diciembre en el auditorio de la Fundación Armando Alvares Penteado (FAAP). What Design Can Do, creado en 2011 en Amsterdam por Richard van der Laken y un gran equipo que lo asiste, cuenta además con la presencia de los músicos Rico Dalaxam y Kenia Franca, entre otras figuras locales de distintos ámbitos. En las últimas horas se suma Roxana Martínez, de Popular de Lujo, un proyecto de investigación y divulgación dedicado a la gráfica popular.
El programa fue presentado por Bebel Abreu, productora y socia brasileña del evento, para quien la importancia del WDCD es discutir el diseño y el comportamiento humano, más allá de la disciplina. «Si bien el rol del diseño está cambiando en todo el mundo, todavía se lo asocia con la estética. No tenemos nada en contra de hermosas sillas, pero creemos que el diseño es una herramienta importante para la transformación. Eso es lo que nos proponemos discutir en la conferencia». En esta ocasión, los tópicos de WDCD discutirán lo que el diseño puede hacer por los problemas urbanos, los refugiados, la conciencia cultural y la comunicación.
Por su parte, el mentor Richard van der Laken, se presentó vía Skype desde Amsterdam y explicó porqué llega el caso a Brasil, un vínculo que nació en AGI Open 2014 en São Paulo, donde se presentó Van der Laken. «Podría dar millones de razones para esto, pero sólo dos son realmente importantes. La primera fue que en São Paulo me encontré con personas como Bebel, que quiere darle al diseño el reconocimiento que se merece. Y además, creo que tanto São Paulo y Brasil son lugares con una comunidad creativa fantástica, tanto que muchos huéspedes de What Design Can Do viven allí».
Para Van der Laken el diseño siempre es político. En recientes declaraciones a Dezeen señala con energía positiva «lo que intentamos con este desafío es demostrar que hay muchos, muchos creativos y diseñadores que no son cínicos, y desean aplicar sus ideas y nuevas alternativas a los problemas que lo requieren».
En sus sesiones especiales, WDCD tratará con dedicación y en profundidad la problemática sobre la violencia de género. «El año pasado trabajamos sobre la crisis de los refugiados», dice Van der Laken «el que viene lo haremos sobre el cambio climático, y en diciembre haremos foco en examinar el gran problema de la violencia contra la mujer. Por cierto que son asuntos que no podremos resolver por completo. Pero no nos vamos a quedar sentados sin hacer nada».
Muchas otras preocupaciones embargan a What Design Can Do, como la crisis de los alimentos, la crisis humanitaria y el poder transformador de la cultura, que pone de manifiesto el potencial social de la profesión por medio del diseño.