El fotolibro Wad-Ras. Dones Invisibles emerge como una obra cargada de humanidad y denuncia, dando voz y rostro a las mujeres del único centro penitenciario femenino de Cataluña. Con imágenes y textos nacidos de tres años de talleres, el volumen ofrece un testimonio visual y emocional de quienes viven tras los muros de la prisión.
Detrás de los muros del Centro Penitenciario de Dones de Barcelona, el proyecto Traspassant l’objectiu ha dado forma a un relato colectivo que rompe con los silencios y los estigmas. El resultado es Wad-Ras. Dones Invisibles, un fotolibro que revela las miradas, las voces y las historias de mujeres que rara vez encuentran un espacio de expresión pública.
El libro surge de tres años de talleres de fotografía impulsados por la Fundació Setba y liderados por la artista Marta Fàbregas. A su lado, tres referentes de la fotografía documental y artística, Sandra Balsells, Tanit Plana y Laia Abril, han guiado a las internas en un proceso de creación que va mucho más allá de la técnica: un ejercicio de memoria, de autodefinición y de resistencia.
A través de retratos, autorretratos y pequeños reportajes fotográficos, las internas se convierten en autoras de sus propias narrativas. Las imágenes no solo son ventanas a sus vidas, sino también a sus luchas y esperanzas. Cada fotografía late con la fuerza de quien reivindica su derecho a ser vista y escuchada.
El volumen, editado por Lumínic y la Fundació Setba, constituye el segundo título de la colección Dones Invisibles. Con este proyecto, se busca hacer visible lo que tantas veces queda oculto en las sombras: las historias de las mujeres privadas de libertad y la potencia transformadora de la cultura como herramienta de empoderamiento y reinserción.
El fotolibro es también un homenaje a Bea D., una de las participantes del taller, asesinada por su pareja poco después de salir en libertad. Su historia atraviesa el proyecto como un recordatorio del largo camino que aún queda para que la voz y la dignidad de estas mujeres no sean, nunca más, invisibles.
Wad-Ras. Dones Invisibles se convierte así en un documento de memoria viva. Una obra que interpela y conmueve, y que nos enfrenta a la realidad de unas vidas demasiado a menudo apartadas de la conversación pública. Pero, sobre todo, es un canto a la dignidad y a la capacidad de la cultura para romper muros.
