MALAGÓN
Malagón es ilustrador freelance. Vive y trabaja en España. Realiza ilustraciones conceptuales con un toque de humor. Sus trabajos han sido publicados en numerosas revistas y periódicos: El Mundo, El Economista, El Jueves, Lainformacion.com, Tiempo, Marca, 20 minutos, Foreign Policy, Sine Menuel (France), El Chamuco (México), Orsai y Diagonal, entre otros.
Viñetas ¡para cabrearse! es el grito de guerra de José Rubio Malagón. Si en 2012 el ilustrador y humorista gráfico nos ofrecía un análisis crítico a través de su lápiz afilado en Necronomía, el lado oscuro de la economía, este 2013, regresa para mostrarnos un retrato mordaz de las terribles consecuencias de la crisis así como quienes son sus protagonistas. Esas viñetas las reúne en el libro ¡Cabreaos! Se ríen por encima de nuestras posibilidades (Ediciones Deusto, 2013) donde más allá de lo que es la chirigota o la banalización, la acidez y el humor de sus dibujos sirven «como desengrasante para poder digerir mejor las amarguras», explica José.
En las 134 páginas que contiene el libro, José Rubio Malagón nos propone un viaje por los mercados, por los bancos, la sanidad, los indignados, la casta política y los recortes; páginas en las que retrata con soma lo que al final nos cabrea de esta crisis.
El libro cuenta con el prólogo de Forges, un invitado de «lujo» a quien Malagón conoció en la época que montaba exposiciones de humor en la Universidad de Alcalá y «todavía soñaba con dedicarme a esto del humor», nos explica. Una buena relación que han mantenido a lo largo de los años.
Las fuentes de las que el dibujante bebe para dar forma a su viñetas pasan por los medios de comunicación. «Miro mucha prensa, tanto nacional como internacional, suelo ojear las noticias en agencias de noticias, antes que pasen por el tamiz de los periódicos, pero también me gusta ver cómo cada periódico enfoca las noticias». En este campo, para Malagón, «cada vez hay menos noticias y más opinión», algo que no le acaba de gustar; un dato que, como explica, no sólo sucede en prensa, sino que se traslada también a otros medios. «Yo quiero que me informen y ya seré yo el que me forme una opinión —dice—. Pero creo que en determinados momentos, cuando quieren, hacen una gran labor».
Así, estas historias breves dibujadas nacen de reflexiones generales, si bien no tienen un tinte biográfico, en algún punto sí que ha influido el aspecto personal. «Tanto a mi familia como a mis amigos, la crisis les ha afectado en mayor o menos medida, y ha formado parte de muchas charlas en la cuales he tomado notas mentales», dice.
A la pregunta de si se ha planteado hacer un segundo libro, nos indica que habrá que ver cómo funciona este, «pero material ya voy guardando, por si acaso».
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