En este artículo, Álvaro Pons reflexiona sobre la capacidad pedagógica de la historieta y su poder para desarrollar discursos que apelen a la empatía.
Que el cómic es un lenguaje que tiene inmensas capacidades pedagógicas llevamos defendiéndolo décadas, desde los primeros estudios olvidados e ignorados de los años 40 que avisaban de la increíble utilidad del noveno arte en la enseñanza. Con el tiempo, hemos descubierto que esa capacidad didáctica se puede derivar en muchas y diferentes direcciones: la potencia del simbolismo visual consigue cimentar con fuerza cualquier discurso y el cómic se revela como un excelente medio para el ensayo, para el periodismo o para la reflexión, entre infinitas posibilidades que hay todavía que explorar.
«El cómic tiene otro potencial oculto que no es suficientemente valorado: su fuerza para desarrollar empatía.»
Álvaro Pons
Sin embargo, creo que el cómic tiene otro potencial oculto que no es suficientemente valorado: su fuerza para desarrollar empatía. La imagen llega a nuestro cerebro sin los filtros de la palabra, no es necesario decodificarla y procesarla, entra a nuestra mente con un impacto directo que, en las manos adecuadas, es un golpe de pura empatía emocional. Nos transmite sentimientos, sensaciones y emociones en el nervio, las sentimos y las vivimos con una transparencia total. Y, usada con inteligencia, es una fuerza incontenible.
La autora Sara Soler cuenta en US (Astiberri) el difícil y complejo proceso de transición de género de su pareja. Lo hace desde la vocación de explicar una realidad ocultada y compartir su experiencia, pero el resultado va mucho más allá: Us es un puñetazo directo de empatía que rompe cualquier prejuicio o idea preconcebida sobre la transición de género. Es una carta abierta a la tolerancia desde el amor y la comprensión, que usa con soltura y magisterio el lenguaje visual de la historieta para trasladar a cualquier persona que lo lea honestidad a borbotones, pero evitando cualquier sentimentalismo facilón.
Soler no elude sus miedos y dudas, incluso su autocrítica, aprovechando esa fuerza emocional de la exposición de lo íntimo para provocar a su vez la reflexión. Que nadie se espere un discurso panfletario, en Us hay una defensa inteligente y consciente de la tolerancia, de la aceptación de las dudas, del proceso de comprensión, que entiende los recelos, pero los combate con hechos, con ideas y, sobre todo, con pruebas nacidas de la experiencia personal, siempre desde una mirada abierta que se apoya en el humor para romper cualquier barrera.
«En Us hay una defensa inteligente y consciente de la tolerancia, de la aceptación de las dudas, del proceso de comprensión…»
Álvaro Pons
Es muy difícil leer Us sin emocionarse, sin ser conscientes de nuestros propios errores y malentendidos, incluso desde una coincidencia ideológica que no exime de la incorrección conceptual o de la creencia equivocada. Us es un libro que debería ser de obligada lectura para entender lo compleja que es la identidad de género y desestigmatizarla de toda interpretación que no sea el discurso universal de la tolerancia y el respeto. Quizás, con suerte, algún día el título de Us pueda ser All.