La actual sociedad está rodeada de infinidad de estímulos e información. Las empresas, conscientes de ello, buscan diferenciar sus marcas y productos con el fin de captar la atención del consumidor. Para ello, resulta indispensable aprovechar al máximo todos los recursos y conceptos, como los materiales, que cumplen una función primordial a la hora de presentar un producto. El papel, en concreto, por sus características técnicas (fibras largas o cortas, resistencia al rasgado…), y también por su percepción visual, táctil, y por su composición, gana peso, relevancia e importancia en este ámbito.
El papel no es solo color, sino también textura. A un bourbon, por ejemplo, se le puede hacer un packaging con un gofrado de madera que vaya acorde con la historia de ese whisky. El mercado actual, con infinidad de texturas, abre la puerta a numerosas oportunidades: efecto espejo, cuero, tejido, mármol, pergamino… entre muchas otras que pueden potenciar y enriquecer la percepción del producto por parte del consumidor. La oferta es muy amplia.
El papel, además, es el soporte comunicativo perfecto para transmitir sensaciones, acompañar a los diseños con fuerza y sorprender al público. Un material con partículas de piedra por toda su superficie puede asemejarse al cemento, a una lima, o a la cerámica sin pulir; incluso existe un tipo de gofrado que parece lana tejida.
La composición del papel, por otro lado, también permite una multitud de posibilidades para diferenciarse. Con el papel reciclado 100%, se optimiza la vida de las fibras vírgenes usadas y se cierra el ciclo del papel. Además, movimientos y tendencias como el de suprareciclaje (también conocido como reutilización creativa o upcycling) introducen un porcentaje de fibras ajenas a las clásicas que proceden de residuos orgánicos de otras industrias (agrónomas o textiles) destinadas a generar energía o al compostaje; fibras, en definitiva, que ya no se reciclan. Pueden proceder de residuos tales como el maíz, el kiwi, la oliva, la uva, el café, la lavanda, el cuero, o las telas de lana y algodón, entre otros. Este proceso no solo permite darles una vida nueva a estas fibras, sino que permite aumentar las destinadas al reciclado del papel.
Todo tiene un porqué y cada proyecto tiene su papel.
En Unión Papelera, una de las distribuidoras de referencia en España, son conscientes de ello. Una de sus prioridades es estar en todo momento en contacto con diseñadores, imprentas, y marcas de todos los sectores para solucionar las necesidades del mercado. Por ello, se encuentran siempre a la vanguardia en papeles y cartulinas diferenciadas y creativas. Marcar la diferencia es fácil si sabes cómo hacerlo; y, más accesible que nunca, con empresas como Unión Papelera.
Puedes encontrar este artículo en el número 16 de la revista Gràffica Papel (actualmente agotado). Si quieres la versión digital de la revista, la puedes conseguir en Android y iOs.