La compañía papelera Torraspapel, del grupo Lecta, comunicó hace unos días que inicia el proceso de cierre de una de sus seis plantas, afectando a 132 trabajadores, confirmando la débil situación en la que se encuentra la empresa debido a los altos costes energéticos tras la reforma que se produjo en España.
La decisión de cerrar, según el comité de empresa, es la de deslocalizar la actividad pero la empresa acumula 98 millones de euros de perdidas acumuladas en 2 años. Esta decisión no afecta a las otras plantas que tiene Torraspapel en el resto del territorio español.
La empresa ha comunicado a los trabajadores que empezará las conversaciones y las negociaciones «para estudiar la viabilidad o cierre» de la planta de Sarrià. También apunta que se podría trasladar la producción a otros centros ya que el grupo al que pertenece Torraspapel (Grupo Lecta) tiene de otros centros de trabajo en Sant Joan les Fonts (Garrotxa), Matril (Granada), Zaragoza y Almazán (Sòria).
La dirección asegura que la industria del papel vive «una situación muy difícil desde hace años, con una caída permanente de la demanda y sin previsión que la situación se recupere a corto-medio plazo». A este hecho, la empresa destaca que la planta de Sarrià se ha visto afectada por unos «elevados costes de producción y de transporte, como también por el impacto de las modificaciones de la normativa energética».
Los resultados de la planta gerundense son negativos desde el 2012 y, según la empresa, no hay expectativas de mejora y eso hace que la fábrica no sea viable. En total, la empresa acumula 98 MEUR de pérdidas entre el 2012 y el 2013.
El conseller, Felip Puig, ha dicho que la Generalitat busca alternativas al cierre. En una intervención en el Parlament, Puig ha asegurado que “la empresa está en una situación muy frágil” y que desde hace unos meses el gobierno catalán acompaña a la empresa y a los trabajadores para intentar garantizar el mantenimiento de la actividad de la fábrica. Puig ha atribuido a la reforma eléctrica gran parte de la responsabilidad en el cierre de la papelera, reforma a la que se ha opuesto la Generalitat y ha dicho que el gobierno catalán intentará que la reforma eléctrica “no siga golpeando” el sector industrial catalán.
Torraspapel cuenta hasta ahora con seis plantas en España y da empleo a 2.300 personas.