Apple vuelve a prometerlo todo. Pero, ¿cuánto cambiará realmente? Este lunes 9 de junio se inaugura la WWDC 2025, la conferencia anual para desarrolladores de Apple. Como cada año, el evento se anuncia como el punto de inflexión que cambiará el futuro de la tecnología personal. La narrativa ya la conocemos: nuevos interfaces, más inteligencia artificial, una experiencia renovada para todos los dispositivos. Pero también conocemos el desenlace: pequeñas mejoras presentadas con una pirotecnia visual y verbal que ya no sorprenden como antes.
Apple presentará una nueva interfaz llamada “Solarium”, con transparencias, bordes suaves y gestos flotantes, estética heredada del Vision Pro. El nuevo macOS 26, bautizado Tahoe, llegará junto a actualizaciones en iPadOS, watchOS, tvOS y visionOS. Las apps nativas como Cámara, Safari o Mensajes también se rediseñarán para uniformar la experiencia visual. Pero, ¿estas mejoras estéticas realmente transforman la usabilidad o son retoques bien presentados?
IA: la pieza que llega tarde
Apple aterriza en el terreno de la inteligencia artificial más de un año después de que competidores como OpenAI, Google o Microsoft impusieran sus propios estándares. Con el sello de Apple Intelligence, la compañía promete traducción en tiempo real, Genmojis, mejoras en Siri y automatización avanzada. Todo, por supuesto, bajo el mantra de la privacidad y el control del usuario.
Desde la redacción de Gràffica, sin embargo, intuimos que si hay una función con verdadero potencial transformador, no será el rediseño ni los emojis generativos, sino algo mucho más esencial: la transcripción automática y traducción simultánea en llamadas. La posibilidad de hablar con cualquier persona —en cualquier idioma— y que tu voz se escuche traducida en tiempo real al otro lado de la línea (y viceversa), sí que podría suponer una revolución tangible. Ya no solo se eliminarían barreras tecnológicas, sino también barreras culturales y de comprensión. La idea de que un iPhone pueda convertirse en un traductor universal de conversaciones cotidianas sería, por fin, un cambio de paradigma.
AirPods y wearables: más gestos, más sensores
Esta funcionalidad podría estar también vinculada a los AirPods, que se actualizarán con detección de gestos, traducción en vivo, seguimiento del sueño y mejoras en la calidad de micrófono. watchOS 26 incorporará subtítulos automáticos, IA aplicada al bienestar y un diseño visual coherente con el nuevo sistema operativo. Todo apunta a que los auriculares y el reloj serán protagonistas del nuevo ecosistema, no solo como extensiones, sino como plataformas autónomas.
La WWDC 2025 no incluirá nuevos lanzamientos de hardware. Y eso confirma que Apple prefiere consolidar su ecosistema que romperlo. Los grandes anuncios de este lunes serán de software, centrados en mejorar lo existente. Pero es difícil ignorar que otras marcas están avanzando por caminos más radicales: nuevos dispositivos, nuevas formas de interacción, nuevos modelos de negocio. Apple, en cambio, sigue afinando el sistema que inventó hace ya más de una década.
¿Habrá cambios útiles? Sí. ¿Serán transformadores? Duda. Apple sigue siendo sinónimo de calidad, estabilidad y diseño. Pero depende cada vez más de la fuerza de su relato para mantener la atención mediática. Si el lunes vuelve a prometer “una nueva era” y lo que llega son solo ajustes, la brecha entre la expectativa y la realidad seguirá ensanchándose.
Aun así, si ese traductor en tiempo real llega a integrarse de forma nativa y fluida en el iPhone, entonces sí podríamos hablar —por una vez— de algo verdaderamente revolucionario.