Richard Avedon (Nueva York, 15 de mayo de 1923 – Texas, 1 de octubre de 2004) ha sido uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX. Como bien afirmó The New York Times, «sus fotografías de moda y sus retratos habían ayudado a definir, en Estados Unidos, durante el último medio siglo, la imagen de belleza, elegancia y cultura».
Avedon nació en el seno de una familia judía. Creció como hijo único de Jacob Israel Avedon, un inmigrante nacido en Rusia que regentaba una tienda de ropa en la Quinta Avenida. Su madre Anna pertenecía a una familia propietaria de una empresa textil. De niño se aficionó a la poesía. Ya se vislumbraba su capacidad creativa desde una edad muy temprana.
Cuando finalizó sus estudios se enroló en la Marina. Poco antes de partir, su padre le regaló una cámara Rolleiflex y con ella desempeñó labores de retratista durante sus años de servicio. De 1944 a 1950 estudió con Alexey Brodovitch en su laboratorio en la New School for Social Research, fue entonces cuando la revista Harper’s Bazaar reclamó sus servicios. Dos décadas estuvo trabajando para la revista americana hasta que en 1966 pasó a convertirse en fotógrafo de Vogue USA.
Sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus trabajos consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico. Richard Avedon acabó con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.
Avedon recogió algunos de los momentos y los personajes más relevantes del siglo. Además de sus ya míticas instantáneas de moda, fotografió los movimientos por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos, a los manifestantes contra la guerra de Vietnam, la caída del Muro de Berlín y sus retratos ante un fondo blanco son ya antológicos.
«Un retrato no es una semejanza. En el mismo instante en que una emoción o un hecho se convierte en una fotografía deja de ser un hecho para pasar a ser una opinión. En una fotografía no existe la imprecisión. Todas las fotografías son precisas. Ninguna de ellas es la verdad», afirmaba Richard Avedon.
Sus retratos han sido descritos como «aparentemente sencillos pero profundamente psicológicos». Ha fotografiado a personalidades famosas y desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco. El trasfondo de estas fotografías muestran a un cuidadoso autor capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes como Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros. Su método era sencillo pero efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y cansadas sesiones de varias horas. Así el retratado era capaz de mostrar su personalidad más sincera.
En el año 1979 comenzó el que habría de convertirse en uno de sus trabajos más importantes. Por encargo del Museo Amon Carter, de Texas, Avedon dedicó cinco años a recorrer el oeste de los Estados Unidos para documentar a las personas anónimas. En esta obra titulada In the american west presenta a granjeros, mineros, vagabundos, prostitutas, amas de casa, presos, vaqueros de rodeo o empleados de pequeñas oficinas plasmados en fotografías de gran formato tomadas con luz de día, al aire libre y como siempre, ante un fondo blanco. Nada hay en ellos del sueño americano o de la tierra prometida, pero son retratos de individuos que han sido observados y artísticamente elevados por la cámara de Avedon mediante una composición sobria, logrando así una considerable fuerza expresiva.
Al término del proyecto, Avedon había recorrido un total de 189 poblaciones en 17 estados; había fotografiado a 752 personas utilizando alrededor de 17.000 placas de película. De esta colección, escogió 123 retratos que conformarían la serie In the american west 1979 – 1984.
El tiempo, la vejez y sus tensiones, resulta ser el motivo fundamental en la obra de Avedon. Vemos en sus fotografías cómo nos habla directamente del paso del tiempo y su influencia en el ser humano. Son esos retratos descontextualizados que aparecen ante la cámara sin maquillaje, fatigados o tristes, tal y como se encontraban en ese momento, los que claramente denotan esta inquietud. El final de su libro Portraits (1976) culmina de forma magistralmente tratada con una serie de siete fotografías de su padre envejeciendo gradualmente hasta que parece haberse integrado en la luz que le rodea.
A lo largo de su carrera, Richard Avedon fotografió numerosas campañas de publicidad para grandes agencias de publicidad en todo el mundo. En su lista de clientes se incluyen: First Bank of Boston, Chemical Bank, Lincoln Mercury, Colgate, Revlon, Chanel, Max Factor, Clairol, L’Oreal, Chesebrough-Ponds, Blackglama Mink, Suntory Liquor, Don Diego Cigars, CBS Records. También trabajó en el cine como consultor visual para la película Funny Face, protagonizada por Fred Astaire y Audrey Hepburn.
Sus últimos trabajos fueron como consultor creativo y director de fotografía para Calvin Klein Jeans, Gianni Versace y Christian Dior.
Avedon publicó varios libros entre los que se encuentran: Observations (1959), Nothing Personal (1964), Alice In Wonderland: The Forming of a Company, The Making of a Play (1973), Portraits (1976), y Avedon: Photographs 1947-1977.
Como fotógrafo, su obra se ha expuesto en prestigiosas salas The Smithsonian Institution, Washington, DC (1962), The Minneapolis Institute of Arts (1970), The Museum of Modern Art, NY (1974), The Marlborough Gallery, NY (1975), The Metropolitan Museum of Art, NY (1978), The Dallas Museum of Fine Arts (1979), The High Museum of Art, Atlanta (1979), University Art Museum, Berkeley, CA (1980).
El 25 de septiembre de 2004 Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista The New Yorker, el cual se titulaba On democracy, y se enfocaba en el proceso electoral del 2004 en los Estados Unidos; se encargaba de los retratos a candidatos y delegados de las convenciones nacionales, entre otros. Murió en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las complicaciones médicas.
Actualizado 15/05/2015