Toms Grinbergs es responsable del packaging de la marca de bicicletas Brum Brum junto con Aldis Blicsons. Su suspensión natural la convierte en la herramienta perfecta para niños de entre 2 y 6 años, que además pueden disfrutar y utilizar el packaging de las bicicletas para sus propios fines. Su propuesta es que el propio envase se convierta en algo más que un simple recipiente y, para ello, le dan gran valor a la funcionalidad y los materiales.
En el número 9 de la revista Gràffica Packaging, desde la marca Brum Brum nos cuentan su peculiar modo de percibir los envases. Para que estos puedan ser reutilizados, han ideado un complejo método de embalaje que permite garantizar una segunda vida a su packaging. Y, además, de manera divertida, didáctica y útil.
«Como llevamos un estilo de vida ecológico, nos pareció esencial que después de desembalar la bicicleta la caja no se tirara a la basura. Con una simple transformación (que bautizamos como box in box), la caja cambia su forma y función.
Esto le da valor y lo hace útil de otras maneras. Así es como el packaging comienza su segunda vida: un garaje para la bicicleta, una casa de muñecas o un sitio donde colorear al mismo tiempo. La caja puede vivir por separado como objeto de mobiliario y sirve como accesorio para el producto […].
El proceso de prototipado nos demostró que necesitaríamos al menos dos cajas y un pequeño estuche para montar herramientas y pegatinas. Incluso desmontada, la pieza en forma de u es demasiado grande para caber en una caja de embalaje pequeña y compacta, y pensamos que sería realmente triste que una caja tan grande se convirtiera en basura después de haber sido abierta
Desde el principio quedó claro que el cartón corrugado era el material adecuado para el packaging. Principalmente, porque…».
Puedes encontrar la entrevista íntegra a Toms Grinbergs y Aldis Blicsons de Brum Brum Design en el noveno número de la revista Gràffica Packaging. Si quieres la versión digital de la revista, la puedes conseguir en Android y iOs.
