La trayectoria de Paco Rabanne en la última década ha sido aparentemente estática. Puede parecer que en este tiempo no ha asumido riesgos justo en un momento en que otras marcas de su mismo ámbito estaban apostado por el cambio. Por ejemplo, asistimos al rediseño de la identidad de Loewe y a los drásticos movimientos de Directores Creativos en Balenciaga, Delpozo, Gucci o Calvin Klein. También Paco Rabanne incorporó a Julien Dossena como Director Creativo pero lo cierto es que, en este tiempo, la noticia más trascendental de la marca ha sido el éxito de su perfume 1 Million.
Aunque en un principio este estatismo puede parecer un problema, o falta de imaginación, o una desconexión del agitado universo de la moda, en realidad Paco Rabanne no necesitaba reinventarse. Esta es una marca con una larga trayectoria que aún hoy forma parte de la historia de la moda, es reconocida internacionalmente y atrae a muchos tipos de públicos. Por tanto, podemos entender que su estatismo no era otra cosa que sentido común.
Sin embargo, es ahora cuando la marca ha encontrado un buen motivo para actualizarse. Y este motivo es la apertura de una nueva flagship, algo que no ocurría en Paco Rabanne desde hacía diez años. La nueva tienda se ubica en la mítica Rue Cambon de París y, aunque su tamaño es reducido, puede condensar la esencia de la marca gracias a un atractivo diseño modular creado por los arquitectos Kersten Geers y David van Severen del estudio OFFICE de Bruselas.
Para Julien Dossena, el objetivo de esta tienda es ser un estandarte de la marca y su apertura debía coincidir con una leve mejora del logotipo. El rediseño, llevado a cabo por el estudio londinense Zak Group, incluye el ajuste del logotipo, la reinvención del monograma, el diseño de una tipografía propia llamada Paco Sans y un nuevo sistema visual con una paleta de color sin estridencias, sólo blanco, negro y leves toques de rojo.
Por una parte, el rediseño del logotipo de Paco Rabanne es un ajuste técnico que mejora el original ajustando los espaciados entre caracteres, optimizando el grosor y redibujando las formas para mejorar la legibilidad. Este tipo de mejoras que resultan obvias para un diseñador, son difíciles de percibir por el público, por lo que se sobreentiende que el objetivo del proyecto es mantener el legado retro-futurista de la casa francesa. Tal y como explican desde Zak Group «el logotipo de Paco Rabanne siempre ha sido urbano, accesible, contemporáneo y pone de manifiesto la sensibilidad estética, la experiencia y en la naturaleza visionaria del diseñador». Obviamente su rediseño mantiene esta esencia original.
Y, por otra parte, el monograma original sí se ha reinterpretado con más libertad. En este caso, jugando con formas positivas y negativas para componer un conjunto muy moderno.
Respecto al lenguaje visual, Zak Group ha trabajado un universo modesto dando protagonismo a la nueva tipografía que tiene unos caracteres peculiares. Tal y como hacen otras marcas de moda, lujo y lifestyle los recursos gráficos son sobrios porque el protagonismo es exclusivo de las colecciones y los accesorios.
Como explicábamos al principio, si Paco Rabanne ha sobrevivido al paso del tiempo con un estilo definido y se ha mantenido a salvo frente a las tendencias cambiantes del mundo de la moda, es por el sentido común que ha demostrado. El peso del legado del diseñador vasco y su éxito en las décadas de los 60, 70 y 80 tiene aún hoy un peso real y es algo que valoran sus públicos, tanto jóvenes como adultos. Por todo esto, su aparente trayectoria estática y su rechazo a sufrir cambios radicales es una actitud que avala a la marca. El discreto rediseño de su identidad visual aporta una mejora pero también subraya y reafirma la personalidad de la casa francesa.