La Red Española de Asociaciones de Diseño (READ) cobró 1.500 euros por la gestión del concurso de identidad visual de la Agencia Espacial Española (AEE), la misma cantidad que recibieron los finalistas que trabajaron en la conceptualización y desarrollo de propuestas. La información obtenida por Gràffica confirma que READ no solo organizó el certamen, sino que también actuó como intermediaria en el pago a los participantes, recibiendo y distribuyendo los fondos otorgados por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Este modelo de gestión plantea dudas sobre el papel de READ en este tipo de procesos. Tradicionalmente, las asociaciones de diseño han servido como plataformas de conexión entre diseñadores e instituciones, pero en este caso, READ asumió una función activa en la administración de los fondos y en la firma de acuerdos con los participantes, sin garantizar compromisos vinculantes que protegieran los intereses de los diseñadores.
Además, la remuneración asignada a los diseñadores resultó insuficiente en comparación con la magnitud del proyecto. Los finalistas recibieron 1.500 euros – la misma cantidad que los organizadores –, mientras que los ganadores percibieron 6.000 euros en total, una cifra que, al dividirse entre los dos estudios seleccionados, se redujo a 3.000 euros por equipo. Estos montos contrastan con el gasto total que la AEE realizó posteriormente en la nueva identidad visual, cercano a 70.000 euros, lo que deja en evidencia que READ no defendió adecuadamente la retribución de los diseñadores ni negoció condiciones acordes con el valor del proyecto en el mercado.
Cuando el nuevo director de la Agencia Espacial Española decidió ignorar el logotipo seleccionado en el concurso y encargar un nuevo diseño mediante un proceso externo, READ no intervino para defender el trabajo de los estudios ganadores ni exigió el cumplimiento del acuerdo original. Por el contrario, se limitó a desvincularse del caso, alegando que su papel era meramente de gestión y que no tenía capacidad de influencia en la decisión final de la Agencia.
Este hecho genera dudas sobre cuál es el verdadero rol de READ en estos procesos. ¿Es simplemente un intermediario que cobra comisiones sin garantizar los intereses de los diseñadores? ¿Por qué sus dirigentes aceptan condiciones tan limitadas en proyectos de gran envergadura sin exigir mejores condiciones para los profesionales que representan? Si las asociaciones asumen el papel de gestores, pero desaparecen cuando se cuestionan las decisiones finales, ¿qué función cumplen realmente en la protección del diseño y sus profesionales?
En contacto con Juan Lázaro, actual presidente de READ, este nos aseguró tanto por correo electrónico como por teléfono que respondería a nuestras preguntas. Sin embargo, tras varios meses de insistencia y múltiples intentos de obtener declaraciones, READ no ha ofrecido ninguna respuesta.
¿READ incumple su propio código deontológico?
La falta de respuesta de READ y su papel en este concurso contrastan con los principios que la propia organización promueve en su Código deontológico del Diseño, publicado recientemente y estructurado en 52 artículos con el objetivo de consolidar una cultura ética del diseño en España.
Entre los valores que READ dice defender en este código se encuentran la sostenibilidad, la crítica, el compromiso, el respeto, la creatividad y la resiliencia. También se plantea la necesidad de evitar conflictos de intereses y promover buenas prácticas en el sector. Sin embargo, su actuación en este concurso pone en duda si la asociación está aplicando los principios que predica.
En este sentido, una de las preguntas clave del código READ es: “¿Cumple la decisión que hemos tomado un estándar ético básico?”. La ausencia de una defensa clara de los diseñadores, la aceptación de pagos en un concurso público y su posterior desvinculación cuando el proceso se torció parecen contradecir estos principios.
Si READ se posiciona como un organismo que debe proteger el diseño profesional y promover su ética, ¿cómo se justifica que haya aceptado una retribución sin cuestionar los honorarios de los diseñadores? ¿Por qué no exigió garantías contractuales para que el resultado del concurso tuviera valor y transcendencia?
El debate sigue abierto y, ante la falta de explicaciones, la pregunta sigue en el aire: ¿están las asociaciones de diseño convirtiéndose en meras intermediarias de comisiones sin garantizar la defensa del sector?