Raquel Meyers, artista visual conocida por su uso de tecnologías consideradas obsoletas, presenta en Getxophoto un políptico creado con el código PETSCII que evoca tanto las pinturas medievales como el universo de los videojuegos de los años 80.
Entrevistamos a Meyers y nos habla sobre cómo estas herramientas desfasadas desafían el consumismo tecnológico y ofrecen una crítica a nuestra relación con las innovaciones técnicas constantes, al tiempo que exploran narrativas profundas y significativas a través de sus monstruos digitales.
En tu obra reciente expuesta en Getxophoto, utilizas el código PETSCII para crear un políptico que evoca tanto las pinturas medievales como el universo de los videojuegos de los años 80. ¿Qué te llevó a combinar estos elementos tan dispares en tu trabajo?
Todo empezó con el visor de las cámaras analógicas. Fue la primera retícula que utilicé y que se fue expandiendo hasta incluir caracteres de texto como instrucciones para crear gráficos y animaciones utilizando tecnologías como el teletexto, el Commodore64, la máquina de escribir o el fax. El solucionismo tecnológico ha ido creando y desechando formatos y medios haciendo que mi trabajo está lleno de paradojas digitales. Utilizo las tecnologías llamadas obsoletas como herramientas que cuestionan nuestra relación y uso de la tecnología de una manera critica.
Tu generación creció con tecnologías como el fax, las computadoras arcade y las consolas. ¿Cómo ha influido esta nostalgia tecnológica en tu proceso creativo y en la narrativa de tus obras?
Es curioso que, aún habiendo crecido con esas tecnologías, no fue hasta mucho más tarde que pude trabajar con ellas. Ya que, cuando ya nadie las quería porque estaban obsoletas, pude comprarlas o me las regalaban. Lo que más me interesa de ellas es la conversación que se genera ya que, hay que aprender su lenguaje para poder usarlas. No tengo apego ni siento nostalgia de ellas, para mi son herramientas y no importa lo viejas que puedan ser. Yo soy la que tiene la responsabilidad detrabajar con ellas y si, no sale como esperaba, no puedo echarles la culpa por estar obsoletas.
Si las utilizara por una mera cuestión estética y nostálgica sería muchísimo más fácil emularla. Se necesita tiempo y paciencia para poder utilizarlas.
El título de tu obra juega con las palabras “monster” y “PETSCII”. ¿Podrías explicar el significado detrás de este juego de palabras y cómo se relaciona con los temas que exploras en tu políptico?
PETSCII resulta de la combinación entre ASCII y Commodore PET y da nombre al conjunto de caracteres diseñado por Leonard Tramiel y Chuck Peddle. En la época de los primeros ordenadores personales, cada compañía creaba su propio juego de caracteres basado en ASCII dando como resultado nombres como ATASCII (Atari), SharpSCII (Sharp). MONSCII funciona de la misma manera, jugando con las palabras e ironizando con que todo puedes ser ASCII y expandirse, como por ejemplo, otro de mis proyectos que se llama LANDSCII (Land Art + PETSCII) que materializa los caracteres más allá de las pantallas utilizando el mosaico o la escultura en madera WOODSCII en forma de tótem.
La elección de los monstruos para el políptico expuesto en Getxophoto, no es arbitraria. Los monstruos, al igual que la tecnología, estimulan nuestra imaginación y esconden muchos significados. Los queremos domesticar y controlar. Son un presagio de todo aquello que desestabiliza el mundo nos rodea.
Tu trabajo reivindica el uso de tecnologías desfasadas o consideradas menores. ¿Cómo crees que estas tecnologías pueden contribuir a la preservación y revalorización de la historia cultural en la era de las innovaciones técnicas constantes?
Vivimos en una época en que el software y el hardware se vuelve obsoleto antes de que aprendamos a utilizarlo pero, no solo eso, sino que la obsolescencia está generando toneladas de basura tecnológica. Los fósiles del futuro no serán plantas ni animales sino lo que denomino #tecnoescombro. Desde mediados de abril hasta finales de mayo he estado trabajando en una exposición work-in-progress que solo utilizaba tecnología que había sido donada, encontrada, cedida o prestada por los ecoparques en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy de Cartagena bajo el título “Estás Obsoleta” donde se reta a esa lógica del capital que nos obliga a tirar las cosas aunque funcionen. Como lo que ha pasado con el llamado “Apagón TDT”. Todas las televisiones CRT utilizadas en la exposición han sido rescatadas de la basura.
Seguir utilizando estas tecnologías desfasadas desafía la lógica de la obsolescencia y el consumismo irracional que nos está llevando a la imparable catástrofe medioambiental. No es una cuestión estética sino ética.
La combinación de artesanía digital y estética del bordado en tu obra sugiere una conexión entre lo digital y lo manual. ¿Qué te atrae de esta dualidad y cómo crees que enriquece la experiencia del espectador al interactuar con tus piezas?
El proceso de creación es puramente manual, ya que en el caso del Commodore 64, utilizo un software que graba las pulsaciones de teclado en el que no existe CRTL-Z ni copiar/pegar. Cualquier error tiene que solucionarse in situ o sino, volver a empezar de cero. Es un bordado digital en él que los caracteres de texto se van repartiendo por la pantalla en vez de una pieza de tela o papel. Requiere destreza y habilidad porque lo lleva tiempo aprender a usar la técnica para llegar a crear los dibujos y las animaciones. La única referencia es un cuadrado blanco que parpadea que espera a que vayas colocando los caracteres como si fueran puntadas en punto de cruz. Pero no es solo una técnica, existe también una narrativa y no algo puramente decorativo. La combinación de todos estos elementos hace que de las creaciones resultantes algo familiar y a la vez misterioso lleno de significados aun por descubrir.