Raisa Álava: «Siempre me han gustado los carteles»

Raisa Álava ha sido la encargada de realizar el cartel del Tour de France 2023 que acaba de comenzar. Álava es una ilustradora versátil que ha trabajado en revistas internacionales como The New Yorker o para marcas como HBO o Desigual. En paralelo a sus grandes encargos, continúa desarrollando su pasión por el cómic y la cerámica. Conocemos mejor a la autora. ¿Cuáles son tus primeros pasos en el mundo de la ilustración? He dibujado siempre, desde pequeña y es algo que nunca he dejado de hacer. Al acabar Bachiller elegí Bellas Artes de una manera muy natural porque no veía otra alternativa y cuando tuve que elegir especialidad elegí técnicas gráficas por lo mismo. Y hasta hoy. Estudias Bellas Artes en tu País Vasco natal y amplías estudios en Barcelona. Para mí fue un salto, no solo por salir de casa sino por dedicarme sobre todo a la ilustración y el cómic, que es lo que a mí me gusta. Allí pude centrarme en lo que se me daba bien y trabajar los puntos en los que cojeaba. Ilustración y cómic son las dos patas de tu obra. El cómic está muy presente. Me gusta mucho y creo que eso se nota en mi trabajo. «El cómic está muy presente en mi trabajo» El cómic está muy presente en la producción de Álava. A lo largo de los años te has prodigado en los fanzines. Un espacio que te ha dejado mucho campo para la experimentación. Efectivamente. Empecé a ir a ferias de autoedición y a hacer fanzines. Iba al Gutter fest (Barcelona), Tenderete (Valencia), Bala (Bilbao), Guillotina (San Sebastián), No tengo mamá (Vigo)... Es un mundo que continúa in crescendo y no me extraña porque es muy divertido. Conoces mucha gente con tus mismos intereses e inquietudes. Cada vez hay más gente participando y comprando así que todo bien. Es un intercambio brutal. Ahora no puedo ir tanto como me gustaría. Has pasado de acudir a las ferias como asistente a realizar los carteles de Festivales como Tenderete o Bala. Conocí a Martín (López Lam) de Tenderete. Se pusieron en contacto conmigo y fue increíble. También hice el cartel de Bala, que es un festival al que voy siempre. Carteles para festivales de autoedición. ¿Cómo hacías los fanzines en tu caso? Me parecía una forma muy guay de dar a conocer mi trabajo y, como decías, me permitía explorar y hacer las cosas de un modo super libre, la autoedición te permite hacer las cosas como te da la gana. Los hacía sin ninguna estrategia clara. Primero me apuntaba a la feria y después veía que llevar. Lo solía hacer con una idea muy vaga. Al hacerlo a última hora salían ideas muy locas y eso me gustaba. En todo tu trabajo se ve como tus historias funcionan por acumulación. Se van entremezclando elementos de una manera no lineal. Exactamente. Creo que es influencia del cómic. En una página suelen suceder muchas cosas. La idea de componer y contar en viñetas viene de allí. El trabajo de la ilustradora se nutre de miles de pequeñas historias. La psicodelia está también muy presente en tu trabajo. Sí que me lo suelen mencionar pero no es algo que yo haya buscado. Es cierto que me ha gustado el arte de Yellow Submarine de The Beatles pero no es que sea consumidora de psicotrópicos (Risas). Es algo que alguna vez me han preguntado. Yo creo que viene mucho del cómic. Hay autores a los que me parezco pero creo que es más casualidad. Ha salido de una manera muy natural. «Hay autores a los que me parezco, pero creo que es mucha casualidad» El color que empleas es muy singular. Curiosamente en los fanzines no lo solías usar. No porque empecé a usar el color en 2017 cuando empecé a usar Photoshop. En la Universidad solía hacer grabado calcográfico. Allí es muy difícil trabajar el color y siempre me ha interesado trabajar la línea. Empecé a meter color cuando aprendí a escanear bien y ví que podía colorear sin tocar el original. Escaneo el dibujo y lo coloreo con Photoshop pero los originales no los mancho. Con el color hago muchos cambios pero el dibujo lo mantengo siempre que puedo. Dibujo con rotring y no suelo borrar porque me parece que lo que nace de forma natural es lo que tiene la gracia pero el color me sigue costando a día de hoy. El color es esencial en la obra de la autora. Trabajas en diferentes campos de la ilustración ¿Siempre sigues el mismo proceso? Generalmente sí. Para editorial o prensa por lo general trabajo directamente en digital porque si hay cambios se pueden hacer de una manera mucho más rápida. Diversificas los soportes en los que trabajas. Hablabas de grabado pero también has trabajado mucho la cerámica. Una cosa no supone dejar de hacer otras. Empecé con la cerámica porque me gustaba pero no con la idea de que se convirtiese en parte esencial de mi trabajo. La cerámica me permite despejarme del dibujo. La hago de una manera muy intuitiva dejando que surjan las ideas mientras trabajo. Grabado y escultura tienen unos procesos más lentos que el dibujo. En el caso del grabado, la lentitud reside en la impresión. Hay que entintar, meterlo en el ácido... pero a la hora de dibujar es inmediato. Es cierto que en ambos hay que tener mucha paciencia. Al ser procesos tan lentos da pie a dedicarse a los detalles, a disfrutarlos. Es algo meditativo casi. La ilustración se asocia a las artes aplicadas, pensada para la reproducción mientras que grabado y cerámica están más asociados al mundo artístico y a la pieza única. No sé si se diferencian mucho en su proyección. No suelo pensar en esos términos. Mi experiencia es que he ido trabajando y unas cosas han llamado la atención a un público y otras a otro. Es cierto que tradicionalmente se ha tenido menos consideración a la ilustración o se le ha visto como un arte menor pero en mi caso lo trabajo del mismo modo y con las mismas energías. Es curioso cómo cambia la percepción del público en función de si se hace en un soporte u otro. La ilustración editorial la suelo hacer en digital y otro tipo de trabajos los hago en analógico. «Mi experiencia es que he ido trabajando y unas cosas han llamado la atención a un público y otras a otro» Cada público maneja sus propios códigos. Se puede jugar con esos códigos y llevarlos de uno a otro pero siempre es un misterio. Haces algo pensando que va a funcionar de una manera y va tomando vida propia. También es lo bonito, que no sabes bien dónde va a acabar tu trabajo. Has participado en diferentes campos de la ilustración. Has trabajado en cabeceras como El País por ejemplo. ¿Cómo son las colaboraciones en prensa? Suelen ser bastante rápidas. Te entregan el artículo y planteas una idea. Suelo hacer un boceto que presento y sobre el que suelo trabajar. El margen de tiempo es muy corto. Puede ser de cinco días pero otras solo tienes tres. De todos modos tampoco es mi fuerte. Me llega un goteo de encargos. Hay un momento en el que empiezan a llegar encargos a nivel internacional como es el caso de The New Yorker. ¿Cómo recibes el encargo? Estaba tomando algo y me llegó un correo, que es como suelen venir las cosas más importantes para las que he trabajado. De repente te llega un mail, no sabes de dónde ni por qué. Te mueres de la ilusión. Crees que es spam pero es de verdad. Encargo para The New Yorker ¿Cómo fue este primer encargo? Tuve que hacer el retrato de dos chicos que hacían música hyperpop. Mandé un boceto. No me pidieron grandes cambios. Todo fue muy fluido y muy bien. ¿Hay diferencia en trabajar a nivel nacional o internacional? Yo creo que sí. Respetan mucho la ilustración. Para empezar, se paga mucho mejor fuera que aquí y eso entiendo que es porque se valora más aunque cada vez hay una mayor conciencia aquí de la ilustración. También has tenido la oportunidad de ilustrar a Philip K. Dick. Fue para Folio Society y tenía que hacer una ilustración interior. Era una historia bastante larga que había que condensar en una sola imagen pero el proceso es muy similar a como lo hago en prensa. Los tiempos son distintos pero trabajas con una directora de arte, presentas los bocetos, te plantean los cambios... es la misma dinámica. Ilustración para The complete short stories de Philip K. Dick. Da la sensación de que la ilustración actual busca las voces únicas. Yo creo que sí. Desde que llevo trabajando tengo la sensación de que se ponen en contacto conmigo por el estilo. Buscan que lleve a cabo el trabajo haciendo lo mío y creo que es lo bonito. Hay tanta gente dibujando que lo interesante es encontrar la persona ideal para ilustrar el cuento o el artículo que se vaya a publicar y no al revés. «Desde que llevo trabajando tengo la sensación de que se ponen en contacto conmigo por el estilo» Perteneces a una generación que se mueve mucho por el mundo. A través de Residencias o ferias internacionales os nutrís mucho de otros referentes. En mi caso he estado en varias Residencias y siempre que puedo intento salir fuera. Eso siempre enriquece y te aporta nuevas visiones. Cualquier excusa me parece buena para viajar y mucho más si es para hacer lo nuestro, que es dibujar. La ilustradora muestra en la imagen su experiencia en FIL Guadalajara (México) donde fue invitada a mostrar su trabajo en su programación FILUSTRA. Con las redes sociales es fácil que tu trabajo llegue a otras partes del mundo. ¿Cómo te llevas con ellas? Está claro que ya no es necesario moverse pero yo lo prefiero. También es cierto que si no hubiese tenido redes sociales no creo que hubiese tenido los encargos y los clientes que he tenido. Siempre las he usado para el trabajo y les debo bastante. También son una constante en tu trabajo los carteles. ¿Qué te gusta de ellos? Siempre me han gustado los carteles. No sé por qué pero siempre me han llamado la atención. Siempre he cogido carteles de la calle, sobre todo de música. Igual es porque me gusta mucho la música. A nivel compositivo muchas veces he hecho ilustraciones como si fuesen carteles para ver qué tal se me podía dar y cada vez que me encargan carteles me hace mucha ilusión. Además siempre me han dado manga ancha para hacer lo que quisiera. La tipografía es un debe habitual de los ilustradores. Intento hacerlas a mano porque es algo muy complicado. Suelo hacer pruebas en digital pero creo que hacerlas manualmente hace que se integren de una manera más orgánica. Un cartel muy especial es el del Tour de Francia. ¿Cómo llegas a él? La Asociación de ilustradoras/es de Euskadi, Euskal Irudigileak, lanzó una convocatoria para hacerlo y no me lo pensé. Es curioso porque nunca había hecho nada de deporte y eso que siempre he visto como un reto dibujar el movimiento. «Siempre he visto como un reto dibujar el movimiento» Aboceteé varias ideas y al final elegí por composición la que está en el cartel. Fue la que más me convenció. ¿Hubo muchas injerencias por la organización del Tour? La verdad es que no. No me pusieron muchas pegas ni me corrigieron mucho. Respetaron mucho la idea original. Hubo que hacer cambios porque se imprime en mucho formatos y tamaños pero nada más. Es una de las apuestas menos clásicas. Da una sensación muy fresca y muy moderna del evento. Había versiones muy coloridas y estupendas. Por supuesto que me hizo mucha ilusión que eligiesen mi cartel pero me parece muy guay que se hayan atrevido con él. La presentación se llevó a cabo en París. Fue en el Palacio de los Congresos y fue todo muy espectacular. Estaban todos los ciclistas, los mandatarios de los países... Fue una locura. ¿Ha supuesto un cambio en tu trabajo? Se ha notado un poco porque han salido colaboraciones que de otro modo no creo que hubiesen surgido. Me han encargado diseñar una bicicleta para BH por ejemplo. Es una cosa tan grande que enseguida se populariza el trabajo. https://www.youtube.com/watch?vol8WYL7kPX0&t28s ¿En qué campo te sientes más a gusto? Me gustan todos, si se pueden mezclar mejor. ¿Te queda alguno por probar? Me encantaría dibujar un coche. Que me dejen una furgoneta o un camión (Risas) ¿Proyectos? Si todo va bien en noviembre presento mi primer cómic largo. Es una historia que lleva una demora de años. Me ha costado bastante. Hacer cómic es muy duro y tenía que encontrar algo que contar que mereciese la pena. Es una historia de amor que saldrá con AIA editorial.

Raisa Álava: «Siempre me han gustado los carteles»

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