Alexandre Cirici Pellicer es profusamente mencionado en libros y textos relacionados con los años de posguerra pero casi siempre se le cita como crítico e historiador del arte, intelectual o pensador, pero muy pocas veces en relación con su trabajo. Cirici tuvo gran implicación teórico-práctica con el diseño y la comunicación visual.
Tres fueron las empresas que marcaron su labor profesional: Zen, Pan y Espira, agencias en las que ejerció de grafista, creativo publicitario y director de arte. Paralelamente, Cirici se implicó en la creación y definición de los planes de estudio de las primeras escuelas de diseño de Cataluña y de España, como fueron la Escuela de Arte del FAD, Elisava y Eina, además de ser el introductor en la Universidad de Barcelona (UB) de los estudios de semiología como método de estudio de la obra de arte: la Semiología Visual.
También impulsó a nuevos artistas y tendencias e introdujo nuevas metodologías, como el estructuralismo por ejemplo. Escribió numerosos libros, entre los que destacan Picasso antes de Picasso (1946), El Surrealismo (1949), Arte y sociedad (1963), El arte catalán contemporáneo (1970), Tàpies, testimoni del silenci (1970), Miró llegit (1971) o La estética del franquismo (1977).
La docencia practicada por Cirici fue fundamental para la formación de las primeras promociones de historiadores del arte de nuestras universidades y escuelas. De la misma forma, debemos considerarle uno de los impulsores principales de la formación de las sucesivas generaciones de profesionales del diseño y su subsiguiente expansión; del crecimiento y reconocimiento de la profesión de comunicador visual en Cataluña, una comunidad que ha sido reconocida como avanzada y estandarte del diseño y la comunicación en España.
Aproximación a Cirici
En el contexto de la historia del diseño gráfico en Cataluña, Alexandre Cirici supone la recuperación de una segunda vanguardia gráfica que se desarrolló paralela y complementariamente a la que protagonizó Ricard Giralt Miracle y que continuaron los grafistas del FAD en sus propuestas de los años sesenta.
La línea Cirici conecta y establece un cierto precedente con la corriente iniciada por Sandro Bocola y continuada posteriormente por Leopoldo Pomés y Salvador Borrás, más cercana a las lecciones de la Nueva Gráfica suiza que trajo Bocola cuando llegó a Barcelona, allá por los primeros cincuenta. A estos profesionales se debió la mayor parte de la modernización de la publicidad española a lo largo de las décadas de los sesenta y setenta; una renovación que surgió al margen de la consolidación del diseño gráfico como actividad profesional consciente de sí misma.
Cirici, por su parte, es una de las personas que mejor establecieron la unidad de desarrollo entre la herencia noucentista y la corriente del movimiento moderno dominante a partir de los años setenta. De esta manera, con la trayectoria profesional de Cirici se completa el panorama del diseño gráfico en Catalunya desde la Guerra Civil española hasta la transición democrática posterior a la muerte de Franco y contribuye a la comprensión global de su figura, llenando el vacío hasta ahora existente derivado del desconocimiento generalizado, acerca de su labor en los ámbitos de la publicidad, el diseño gráfico y la comunicación visual.
Un libro necesario
Es éste un libro que faltaba en nuestro país, ya que recupera la figura de uno de los principales renovadores del diseño, y establece el nexo entre el diseño gráfico y la publicidad en España. Como todos los libros editados por Campgràfic, IN-DIS-PEN-SA-BLE.
El libro se presenta el próximo jueves, 20 de enero, a las 19.30h en el FAD.
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