La pixação o pichaçõ es una forma de expresión de arte urbano que se mueve entre el graffiti y la tipografía. Su origen se sitúa en São Paulo y tiene una vocación claramente reivindicativa. Ana Márquez, estudiante de periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid que actualmente realiza en Brasil un intercambio nos habla de las peculiaridades de la pixação –un concepto poco frecuente o casi desconocido en España– y el resurgir de este movimiento con motivo del próximo Mundial 2014.
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São Paulo, esa megalópolis monstruosa de islas de altos rascacielos grises iluminados por neones, en un mar de casas de chapa y madera iluminadas, dando gracias, con una bombilla. Da igual las diferencias arquitectónicas que puedas encontrar en la ciudad más grande de América Latina, todas tienen un denominador común, la pixação.
Una especie de jeroglífico urbano que forma parte del paisaje urbanístico, con la intención de transmitir un mensaje explosivo y reivindicativo. La pixação o tipografía paulista debe su nombre a la ciudad que le vio nacer, São Paulo, en pleno periodo de la dictadura militar en los años 60. Pintadas de protesta, de propaganda o revolución contra la dictadura. No sólo contra ella, en la actualidad ha seguido evolucionando contra todos los crecientes problemas que ahogan al país: la exclusión social, pobreza, educación, sanidad, corrupción política.
Los pixadores se agrupan en crews –grupos artísticos que funcionan a modo de hermandad– que rivalizan por llegar a los lugares más recónditos y peligrosos. Y es que el riego, carácter clandestino y de transgresión están indisolublemente unidos a la pixação. Los principales grupos dentro de esta forma de arte urbano son ABISMO, ALGOS, ALMA, ASAS, ASN, BECK, entre otros muchos.
Las letras de este alfabeto se caracterizan por un estilo vertical, una reminiscencia a antiguas runas germánicas. Todos los trazos crean ángulos que tienen que ver con las rectas líneas de la arquitectura del skyline de São Paulo.
Busca romper con la estética graffitera de Nueva York. El graffiti, en principio, es bien elaborado y estético, siendo aceptado como una forma de expresión artística contemporánea, además de ser promovido y aceptado por el gobierno brasileño. La pixação ha tenido una respuesta contraria debido a su fin de protesta. Es calificado como vandalismo y agresivo para el paisaje visual urbano. Su prohibición ha llegado a ser registrada en el artículo 65 de la ley brasileña 9.605/8 (Ley de Crímenes Ambientales). En los envases de los aerosoles fueron obligados a llevar la etiqueta: «Pixação é crime».
Sin embargo, el graffiti ha sido permitido por ley. Se realizó una alteración de la ley de 1998 para clasificarlo como un movimiento que tiene como objetivo principal valorizar el patrimonio cultural público y privado mediante una manifestación artística popular. Por tanto, es legal.
La pixação es una revolución artística que ha evolucionado en el espacio-tiempo, inundando el resto del país. Recientemente con la próxima Copa Mundial del mundo que se celebrará en Brasil ha existido un resurgimiento mayor en la pixação. Su foco de atención busca manifestar el desacuerdo contra la inversión del Gobierno en campos de fútbol e infraestructuras deportivas en lugar de educación y sanidad, sectores que necesitan ser mejorados en el país desde hace años.
Actualizado 06/02/2015