Oju! es un vinagre natural realizado por el Celler La Vinyeta. Sus colores vivos, que van del amarillo pajizo al rojo teja, más de una vez han llevado a pensar que se trata de un vino dulce. De hecho, en la bodega en alguna ocasión se ha escuchado la advertencia: ¡Ojo!, que es vinagre. Esta voz de alerta es la que Senyor Estudi ha decidido utilizar como propia bandera para el diseño de la marca.
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La historia de Oju! proviene de dos botas viejas de más de 80 años recuperadas de una antigua vinagrería. «Después de años de esplendor, la coyuntura y la pérdida de espíritu emprendedor había condenado aquella factoría a un declive imparable», nos explica Lluís Serra, diseñador junto con Mireia Sais en Senyor Estudi. «Había sido una industria próspera que se derrumbaba por momentos. El polvo y las telarañas se apoderaban de un espacio que había lucido en tiempos pretéritos, pero aquello que para muchos era ruina y desperdicios, guardaba un gran tesoro: las madres de este vinagre».
En Senyor Estudi han sabido ver la riqueza y el valor natural del propio producto para que este luzca con el mayor esplendor a través de su packaging. Cada barrica de Oju! produce «un vinagre de olor, color y sabor distinto» lo que genera una «sinfonía muy visual cuando están juntos». Esos colores vivos que van desde el amarillo pajizo hasta el rojo teja pasando por distintas tonalidades ámbar podrían causar confusión, «pues visualmente puede parecer un vino dulce o un vino de oxidación», apunta Lluís. «Durante su proceso de elaboración, más de una vez en la bodega se había escuchado la advertencia: ¡Ojo!, que es vinagre». Una señal de alerta que al equipo de Senyor Estudi le pareció tan representativa que decidió que fuera su propia bandera, su propio nombre: Oju!
El diseño de Oju! contempla dos aspectos. Por un lado, tiene una vertiente funcional y descriptiva. Por el otro, manifiesta una cara poética y visualmente atractiva. Al mismo tiempo, la solución técnica es muy sencilla. «Con una simple estampación con los propios corchos de las barricas, conseguíamos recordar un ojo y a su vez una letra «O», comenta Lluís Serra. Por otro lado, poner etiqueta a un producto tan visual «nos parecía una pena –dice–, pues todo lo que pusieras encima sólo ensuciaba». La opción fue jugar con la complicidad entre el producto y la etiqueta. «Con un simple troquel circular la etiqueta cobraba vida y se justificaba». En cuanto al material, por la naturaleza del producto se ha elegido un papel reciclado y economía de tintas, mientras que para crear contraste se ha aplicado un negro muy intenso.
Como nos comenta Lluís, al final en el diseño de Oju! intervienen «muchos elementos –un ojo, la sinfonía de color, la advertencia, un corcho estampado, una letra O…– pero todos en la misma dirección». La componente artesanal está muy presente. Un hecho que podemos constatar también en otros proyectos de Senyor Estudi. «Tenemos miedo al blanco de la pantalla», afirman. Por ello, cuando empiezan a trabajar en un proyecto nuevo intentan apagar el ordenador. «Cogemos el lápiz y la libreta y nos paramos a pensar –dicen–. Nos cuesta mucho imaginar las cosas desde una pantalla, así que preferimos hacerlas manualmente para visualizarlas». Y recalcan: «Experimentar desde lo artesanal aumenta la intervención del azar. El grado de descontrol es mayor, por lo que llegas a conclusiones a las que no hubieras llegado de otro modo».
La cuestión que nos hacemos es si este tipo de tratamiento es posible cuando se trata de clientes/productos de pequeña tirada, no a gran escala. Sobre este punto, Lluís nos aclara: «Al final, la mayoría de proyectos se producen de forma industrial y controlada. Cada proyecto requiere estudiar la forma de producción. Hacer un tiraje de etiquetas autoadhesivas para una pequeña producción de huevos familiar quizás no tenga sentido si lo puedes solucionar con un tampón. O hacer una impresión offset en bobina para una colección de vinos de 400 botellas. Pero aunque en general no somos partidarios de la impresión digital, también la hemos usado y estamos muy contentos con el resultado». Porque al fin y al cabo, «no se trata de lo que nos gusta, sino de lo que el proyecto requiere». Sabia frase que desde aquí anotamos.
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+info: senyorestudi.com
Actualizado 15/04/2014