La nueva identidad de Mozilla ya ha visto la luz. Tras un periodo de trabajo de siete meses y rompiendo los esquemas del branding tradicional, por fin hemos conocido la nueva marca de la compañía que ya podemos afirmar que es 100% digital, totalmente alineada con la actividad de la compañía y con un estilo contundente.
Gracias al proceso abierto al que hemos asistido, sabemos que los ingredientes que conforman el nuevo logo de Mozilla han sido meditados y debatidos. Dado que todas las fases del proyecto ha sido publicadas (desde el briefing a los conceptos iniciales y a las diferentes propuestas y bocetos), hoy no hay mucho espacio para la sorpresa y sin embargo, estamos sorprendidos. Es probable que esto se deba a la actitud valiente con que Mozilla ha enfocado el proceso, una actitud que ha mantenido hasta el final.
Un proyecto de rebranding abierto
Como ya explicamos, Mozilla es un ente desconocido mientras que sus productos son conocidos por todos (Firefox es uno de los buscadores más queridos y pocos lo reconocen como un producto de Mozilla). Este hecho llevó a la compañía a desear un nuevo posicionamiento del que se espera obtener una mayor repercusión de la marca y que ha culminado ahora con una nueva estrategia marca y una nueva identidad visual.
Lo llamativo en este caso es que todo el proyecto ha sido publicado con total transparencia en el blog Open Design, Branding Without Walls, lo que nos ha permitido conocer cada etapa del proyecto y el enfoque de cada decisión. Pero, mientras que el trabajo teórico y estratégico ha pasado más desapercibido, todo lo relacionado con su identidad visual ha generado polémica. Sin duda, el branding tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y a las tendencias colaborativas que impulsan la apertura pero, para ello, tenemos que asumir esta nueva realidad tanto los diseñadores, como los clientes y los públicos. Para ello, debemos respetar la diversidad de opiniones y entender que de poco sirven las críticas sin fundamentos objetivos.
Un logotipo que refuerza el vínculo con internet
Los primeros bocetos del nuevo logotipo –que podéis ver aquí– eran llamativos y cualquiera de ellos era una apuesta rupturista. La opción elegida es, entre todas, la menos conceptual y probablemente la más explícita sobre el indisoluble vínculo de la compañía con internet ya que se apropia del código de las URL :// a modo de letras i y l. Otro detalle que lo vincula con la estética de internet y de programación es la pastilla negra que se inspira en la selección de textos en los gestores. Estos dos detalles aportan una rotunda personalidad a la marca porque se convierten en los protagonistas (y casi en un símbolo) del logotipo.
La tipografía que se usa en el logotipo es la fuente de libre acceso Zilla que ha sido creada por Typotheque, un fiel colaborador de Mozilla que, en este caso, se comprometió a diseñar una tipografía gratuita que incluyese todas las posibles versiones idiomáticas.
No se puede negar que el nuevo logotipo de Mozilla tiene personalidad. Desde Johnson Banks, la consultora que ha trabajado en el proyecto, «esta idea representa cómo la gente y el conocimiento están unidos en un mundo cada vez más conectado». Y, para Tim Murray, Director Creativo de Mozilla, este diseño hace referencia «al link que es el principio de una experiencia sin filtro y sin mediador en el rico contenido de internet» (¡bien definido, Tim!).
Los otros elementos de la nueva identidad
La paleta de color que acompaña a la nueva identidad deriva de los colores que usa Firefox para destacar y jerarquizar contenidos. Es una paleta amplia y brillante que además, asume el propio logotipo para adaptarse al contexto en el que aparezca. Esta capacidad de adaptación cromática es ya un detalle bastante común en las identidades que estamos viendo nacer en los últimos tiempos.
Respecto a los recursos gráficos que acompañan a la marca, encontramos una amalgama poco habitual. Por una parte, cajas de color de los textos y por otra, iconos y fotografías que conforman una especie de collages. Esta riqueza de recursos permitirá a la marca mantener cierta originalidad y, según explica Tim Murray, «esta imaginería muestra la diversidad y la riqueza de internet por lo que lo hemos convertido en un componente importante de nuestro sistema».
Pero esta compleja imaginería también es una excusa de Mozilla para invitar a artistas, diseñadores e ingenieros a contribuir con sus creaciones, de tal manera que se genere un identidad creciente y rica en la que todos podemos participar. Y, todos estos recursos, como no, serán de libre acceso.
Un internet sano
La osadía que ha mostrado Mozilla al enfocar este proyecto de cambio desde la apertura es loable. Con la ambición de crecer como compañía pero con sus sólidos principios como bandera y sin perder de vista a sus públicos y colaboradores, el nuevo Mozilla pretende ser conocido como «el triunfador de un internet sano». Aunque este es un objetivo muy complicado (¿qué es un “internet sano”?, ¿es posible?), es encomiable su propósito y ha desvelado los valores innovadores y democráticos de la compañía.
Respecto a si las conclusiones estratégicas y visuales del proyecto son o no acertadas, podemos tener una u otra opinión, pero no olvidemos valorar el proceso de cambio en su conjunto. Esperamos poder asistir a más proyectos de este tipo ya que este ha tenido un carácter experimental por ser uno de los primeros.