¡No a los concursos de diseño! Pero promovemos concursos de diseño

Ayer saltó la noticia de un nuevo plagio en un concurso de diseño. Es bastante evidente que ha habido plagio. Por un lado, tengo que decir, que creo que los diseñadores gráficos nos hemos vuelto un poco paranoicos con esto. Ayer también otro pseudodiseñador tuvo que retirar el logo de un elefante rosa que se parecía mucho a otro elefante rosa de otra marca. Y así casi todos los días. Esto mismo sucede en otros ámbitos creativos y no hay tanta paranoia. Por un lado, se entiende y se paga el uso de recursos de otros. Véase en la música las versiones, que se pagan derechos y se pagan muy bien. Ojalá en nuestro sector pasara lo mismo. Si alguien usa tus ideas o tus formas, se pagan unos royalties y todos contentos. Por otro lado, los diseñadores solemos echarnos las manos a la cabeza cada vez que hay un concurso especulativo, abusivo o no bien remunerado. Pero luego vas a ver si se ha quedado desierto y resulta que todo el mundo se ha presentado. Incluidos premios nacionales de diseño, diseñadores de altos vuelos y también los de bajos escrúpulos. Si nosotros mismos nos boicoteamos qué podemos esperar. Y lo que más gracia me hace son las asociaciones. Resulta que cada vez que pasa algo así, las asociaciones lanzan su comunicado de «no estamos de acuerdo» y todo solucionado. Y así no se consigue nada. Si cada vez que hay un plagio, un concurso abusivo o especulativo las asociaciones fueran a los tribunales, a la prensa generalista y a los autores de los desmanes les cayera una buena multa, una pena de telediario o de banquillo las cosas cambiarían. Pero con un comunicado y mañana a otra cosa no se soluciona nada. Con un comunicado y mañana a otra cosa no se soluciona nada. Ellas son nuestras representantes y los que legalmente pueden alzar la voz por todo un colectivo. Si ellas no lo hacen no podemos esperar que lo hagamos los diseñadores de forma individual porque muchos de ellos además de tener que salvar su día a día, que por eso se presentan a los concursos aunque sean abusivos, tienen poca o ninguna repercusión. concursos o llamadas a proyecto Y es que además esto es algo que las propias asociaciones fomentan, cultivan y crean un caldo propicio para que se siga pensando que los diseñadores tienen que concursar. Concursar cual reality show televisivo a ver quién canta mejor, quién hace llorar al jurado o tiene más gracia. Las llamadas a proyecto, pese a ser una solución bastante interesante, perpetúan la forma de competir entre diseñadores cuando no hace falta. Una cosa es un concurso público donde hay que cumplir las mismas reglas de la administración pública igual que cualquier otro sector o proyecto, pero otra muy diferente es cuando una institución pública tiene un dinero muy por debajo del límite legal y convoca un concurso de portafolios para ver quién es el más alto o el más guapo. Por favor, no jueguen con los diseñadores. Si tienen un proyecto y 1.000€ llamen a quien más les convenga y dejen de hacer llamadas a proyecto como si fueran los juegos del hambre. Lo más gracioso incluso es cuando una Fundación —una empresa privada que dice amar y proteger a los diseñadores— convoca para que le diseñen la web. ¿De verdad que no sabemos a quién llamar por unos miles de euros para que diseñen la web? Pues si estos son los que nos van a ayudar y proteger, que Dios nos pille confesados.

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