Dentro de las conferencias de El Ser Creativo pudimos conversar con Mikel Urmeneta. Su ponencia desató las carcajadas entre los asistentes. Cuando te aproximas a él, de inmediato sabes que es un tipo cercano, de esos con sentido del humor e ideas creativas. Mikel no tiene pelos en la lengua. Un pamplonica en Nueva York que se hizo famoso por ser el fundador y actual director creativo de la Fábrica de Dibujos Kukuxumusu. El dibujante y exitoso empresario responde hoy a nuestras preguntas del Fotomatón, donde nos habla de su punto de vista de la situación actual del diseño, de sus experiencias en Japón y la Gran Manzana, de la creatividad y del mal ejercicio que hacen de ésta la banca y los políticos… de lo importante que es viajar y salir de España para abrir los poros de la creatividad y descubrir que Marca España es invisible más allá de nuestras fronteras. Atentos, porque no tiene desperdicio.
Te fuiste a Nueva York, ¿qué se ve desde allí?
Al minuto uno eres uno más. A mí esto no me ha pasado nunca ni en un pueblo en el que todo el mundo te mira, o en París que estás como en un escaparate. Sin embargo, en Nueva York eres como el protagonista de un videojuego al instante.
Nombre completo, fecha y lugar de nacimiento:
Mikel Urmeneta Otsoa Errarteko. 25/12/1963. Pamplona.
¿Qué diseño recuerdas de tu infancia?
Los dibujos que hacía mi padre. Que dibujaba muy bien y muy rápido. Me quedaba flipado! También recuerdo con mi padre, en los viajes que hacíamos en coche, los dibujos que hacía yo en los cristales. Esos son algunos de mis primeros recuerdos del contacto con la creatividad.
¿Por qué decidiste dedicarte a lo que te dedicas?
No sé muy bien a qué me dedico. Han surgido dos necesidades en mi vida, trabajar y crear, y me dediqué más a trabajar aunque fuese en un terreno más creativo como ha sido Kukuxumusu para poder tener una estabilidad en el desarrollo de la otra necesidad que era crear. Han pasado demasiados años y ahora mi intención es ser más artista.
Para ti Diseño Gráfico es…
Crear por medio de unos símbolos, comunicar con muy poca cosa lo máximo posible. A mí me encanta el terreno del simbolismo y ahora con las nuevas tecnologías que tenemos que ver en el segundo cero que app es cual o para que sirve cada cosa con un símbolo.
¿Con quién te gustaría colaborar que no sea diseñador?
Colaborar me gusta mucho y lo hago muchas veces con gente a cuatro manos. En el terreno artístico me gustaría seguir colaborando con Andreu Buenafuente es uno de mis preferidos por afinidad con él.
Tres trabajos esenciales de tu carrera.
Kukuxumusu relocated. El cartel de las fiestas de San Fermín en 1990… y dibujos que he realizado en colaboración con personalidades de la ciencia, de la antropología o la divulgación.
Una empresa a la que le cambiarías la imagen.
Muchas… tirando a casi todas. Muchos bancos… Últimamente, las empresas están muy bien aconsejadas, pero en el terreno de la banca da mucha rabia que son empresas que no son creativas pero intentan hacérselo. Entonces se quedan como a mitad de camino, con unos logos y una imagen de ‘quiero y no puedo’; quiero hacerme el enrollado, pero en el fondo son un hijoputa. Un hijoputa muy serio.
Una marca que detestas.
Me horrorizan las campañas de algunas cerveceras. Todo felicidad y buen rollo. Me da como asco ese buen rollito de esas marcas y hago zapping en cuanto veo la publi en la tele.
Situación del diseño en España. Si lo pusieras en una balanza…
Ahora la balanza está más decantada hacia el mal diseño. Hace años había cosas y diseñadores gráficos, cartelistas impresionantes. Ahora creo que ha bajado ese boom del diseño con Mariscal un poco al frente [a mí me gusta mucho lo que hace Mariscal]. Ahora estamos todos metidos en lo mismo. No ves muchas cosas que digas que hay gente que está haciendo algo diferente.
¿Crees que es por algún motivo especial?
Creo que es normal que cuando hay un boom de algo todo el mundo se crea eso. ¡Soy artista! Todo el mundo es artista. Es mentira. Hay cuatro artistas y cuarenta mil malos artistas. En el mundo del diseño pasó eso. Me acuerdo de la típica chorrada, ¿tú diseñas o trabajas? Al estar de moda una cosa, creo que todo el mundo quiso ser diseñador y te das cuenta de que no, que fue una época muy buena en la que se juntó gente muy buena y que ahora se ve que hay carencias. Hay gente buena ahora, pero comparado lo que ocurrió hace 20 años, no.
¿Algún país que creas que destaca por su diseño?
A mí Japón me gusta en todo. En la comida, la decoración, los rituales… Japón es una especie de isla alienígena que no sabes muy bien de donde han venido pero que se hacen sus propias historias y tienen su propia filosofía de diseño y a mí me entusiasma. Me parece una mezcla de sencillez y algo tan propio.
Vives en Nueva York y no sabemos si te llegan noticias del fenómeno Marca España. Para ti, ¿qué es esto?
Pues le están dando mucha caña a esto, pero en general creo que no repercute donde interesa sino que vuelve la repercusión a España. Todas las cosas que se hacen en Estados Unidos por medio de diferentes departamentos acaban saliendo en los periódicos de España que no es lo que se pretende. Lo que se pretende es que la Marca España o Cataluña o la que sea funcione en el lugar donde se está haciendo la campaña y, normalmente, en Nueva York no suele haber repercusión de las cosas que se hacen. Tengo contacto con el cónsul de Cultura en Nueva York, Iñigo Ramírez, que sí ha venido con sangre nueva y con intención de que suceda lo que tiene que suceder, que las acciones que se hagan suenen Nueva York y no en España.
¿Crees que los diseñadores son unos copiones? ¿Cuál es la barrera que no habría que sobrepasar?
Mi barrera la tengo clarísima. Sé donde acaba la inspiración y donde empieza el plagio. Lo que pasa es que sí entiendo que haya distintas formas de pensar. Si ensanchamos un poco esa línea roja es todo copia. Yo creo que todo buen diseñador sabe dónde está la inspiración y donde se está rozando el plagio.
Si estuviera en tus manos, ¿cambiarías algo del mundo del diseño?
Pues no. Dejaría libertad. Con el tema de la crisis, nosotros mismos nos damos cuenta que muchos proyectos un poco locos que teníamos antes no eran considerados. Ahora con tal de que sean baratos eres capaz de hacer cosas inimaginables hace unos años. A ese nivel es muy bueno que tanto el diseñador gráfico como el publicista no estén tan atados al propio cliente que, de tan atado, acabas haciendo un diseño tan adhoc que se pierde la creatividad en el proceso.
¿Qué se debería enseñar en las escuelas de diseño y no se enseña?
Yo no he ido nunca a una escuela de diseño. Me echaron de todas partes. Creo que se debería asistir a congresos, viajar, fomentar el traslado o intercambio de alumnos entre escuelas que es la mejor fórmula para aprender. Ver cómo trabajan en otros países, qué técnicas o programas utilizan, qué cultura, qué filosofía tienen… En un congreso es muy distinto ver a un tipo que te explica cómo opera que ver simplemente el resultado final. Todo lo que sea intercambio cultural orientado a lo gráfico me parece fundamental.
¿Eres de los que opina que tú lo hubieras hecho mejor?
Yo sé lo que no puedo hacer, pero lo que hago es lo que más me gusta. Hay muchas cosas que sí pienso que las hubiera hecho mucho mejor.
Proponle a los políticos que hagan algo para mejorar el mundo del diseño.
Las campañas que hacen los políticos son tan patéticas. Antes hablábamos del mundo de los bancos, pero se me había olvidado que el tema de la política es deprimente total. El mundo de la política debería bajar a la Tierra y ver cómo funciona el mundo real. Si viesen cómo funciona la realidad, las campañas que hacen serían diferentes. Aunque no dudo que las campañas cutres tengan su repercusión y funcionen, pero también pienso que se puede hacer algo muy popular y muy bueno porque lo que hacen ellos es algo muy popular pero muy cutre.
Tu foto a toda página y en la portada de una revista…
Me gusta mucho Esquire, tengo muy buena relación con el editor [Andrés], ya sé que no me va a sacar en la portada pero… Me gustaría mucho, por ejemplo, en el número de julio con un pañuelo rojo y con los ojos inyectados en sangre. Andrés me la debe. Yo creo que tendría mogollón de impacto. Mi pelo este de rata y los ojos rojos y tal… Daría un poco de miedo y seguro que resultaría atractivo.
Actualizado 06/02/2015