Estar pendiente de las estadísticas es una droga. Lo reconozco. Me paso el día viendo, analizando y recopilando datos. Estadísticas, usuarios únicos, impresiones, páginas leídas, visitas, followers, ‘Me gusta’… Así cada día.
Ilustración de Enrenow, uno de los 7 significados que puede tener un like en Facebook.
Al final te haces una idea bastante aproximada de lo que pasa en internet y por donde van los cauces de la información. Mucho más de lo que la gente se imagina. Incluso detectas hábitos o gustos que te permiten crear estrategias mucho más certeras. Que se lo digan a Google. Por cierto, ¿sabéis que hay un Google Analytics Premium? ¿Sabéis cuánto cuesta? 150.000 dólares/año. Imaginad la cantidad de cosas que se pueden averiguar con una herramienta así.
Pero últimamente veo cosas que no me gustan. Hay mucha actividad en las redes sociales, me gustas, compartidos, comentarios, visualizaciones… Como dicen ahora, mucho engagement. En principio esto suena bien. Si la gente participa parece que es bueno. Pero si analizas los datos y cruzas la info detectas algo terrible. La gente le da al ‘Me gusta’ sin más y detrás de una estadística de interacción descubres que la gente no ha leído lo que dice que le gusta. Mil ‘Me gusta’ y 50 lecturas. Se quedan, nos quedamos, en la acción de poner ‘Me gusta’ y dar por sentado que uno ya se ha enterado. Lo mismo pasa con los retuits.
O peor, que después de lanzar un artículo serio y elaborado a nadie parece gustarle, pero lo que realmente ocurre es que se presenta delante de tus ojos algo demasiado profundo o importante. Entonces se crea un silencio sepulcral. No comments, nada. A nadie le gusta, no comentan, no lo ven… Un cambio de titular para que parezca algo más trivial, una foto más colorista o algún elemento atractivo y listo. Lo que parecía que no era nada interesante se convierte en viral. Somos así de simples.
Actualmente la información se lee de una forma muy superficial. Yo lo llamo la dictadura del titular. Si el título me cuenta el tema ya no necesito saber nada más. ‘Me gusta’. Puedo también compartirlo, para que mis colegas se den cuenta que me entero o para que ellos se enteren. Y si no estoy de acuerdo con el titular o la info dejo un comentario negativo para dejar clara mi rabieta. Porque de comentarios negativos están repletas las redes sociales, pero de comentarios positivos no tanto.
Afortunadamente todos nos damos cuenta de que esto no es muy funcional. Sirve de poco tener 100 ‘Me gusta’ o 2.000 retuits, si no has vendido nada… Ahora se empieza a medir el engagement por el retorno real. Qué es más importante vender con cero ‘Me gusta’ o tener mil y no haber vendido un pimiento.
Facebook tendría que implementar otro tipo de marcadores para tener más claro lo que pasa. Ya lo decía la agencia Enrenow con sus siete significados de un ‘Me gusta’.