Las paradojas pictóricas de M.C. Escher vuelven a Madrid, en concreto, al Palacio de Gaviria, diez años después de la última exposición, para asombrar a profanos y doctos con los trucos visuales de su obra, el mundo en el que le gustaría vivir a un matemático.
Laberintos, habitaciones sin principio ni fin, escaleras sin objetivo y arquitecturas imposibles habitan el universo del artista holandés Maurits Cornelis Escher (1898-1972), protagonista de la exposición con la que el Palacio de Gaviria se abrirá al público de forma continua hasta el próximo 25 de junio.
Comisariada por Federico Giudiceandrea, la exposición está compuesta de 200 obras del holandés con algunas de las más populares como Mano con esfera reflectante, Relatividad (o Casa de Escaleras), el palacete Belvedere o Lazo de unión, que se enrolla o desenrolla conformando dos rostros hilados.
La proyección de Escher culmina un largo recorrido por sus obras, fundamentalmente litografías y xilografías, que dan muestras de su pericia, iniciada tras su contacto con el Art Nouveau bajo las enseñanzas de Samuel Jessurum de Mesquita, el hallazgo del paisaje italiano y su interés por la teselación o división regular del plano.
Hijo de un ingeniero hidráulico y fallido estudiante de arquitectura, Escher murió a los 73 años en un hospicio para artistas, ni rico ni famoso, pero su legado terminó moldeando el pensamiento científico y la iconografía moderna, de la moda a la música, pasando por el cine, donde David Bowie fraguó su propia Casa de escaleras en la película Dentro del laberinto (1986).
La muestra del artista del grabado, intelectual y matemático incluye además experimentos científicos, áreas de juego y recursos educativos que permiten profundizar en sus perspectivas imposibles, imágenes desconcertantes y universos aparentemente irreconciliables.
Por iniciativa de la empresa Arthemisia Group, y en colaboración con The M.C. Escher Foundation, la muestra ha recorrido ya ciudades como Bolonia, Roma y Treviso.
Durante los cinco meses que permanecerá abierta la exposición, los visitantes podrán también conocer la arquitectura del Palacio de Gaviria, obra del arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel, que lo construyó entre 1846 y 1847 por encargo del banquero Manuel Gaviria y Douza, marqués de Gaviria, según el lujoso modelo de los palacios renacentistas italianos. Su escalera balaustrada y los frescos de Joaquín Espalter y Rull son algunos de los elementos más espectaculares que caracterizan el palacio.