Cinéfila empedernida, Marisa Morea estudió Comunicación Audiovisual en Madrid. El diseño se cruzó en los últimos años de carrera y compaginó los estudios trabajando en el departamento de diseño de una editorial. Fue entonces cuando se dio cuenta de que adoraba ver películas, pero no quería hacerlas y su atracción se centraba más en el mundo del diseño y la ilustración. «Yo siempre había dibujado desde pequeña, pero nunca tomé clases, era algo que salía solo». Su decisión fue preparar el macuto y emprender rumbo destino a Barcelona, donde realizó el máster en Dirección de Arte. Un día, viendo una exposición de los alumnos del posgrado de Ilustración Creativa de la Escuela Eina en una galería del Born, Marisa descubrió que ella también tenía un imaginario que expresaba a través de sus garabatos. «Me apetecía pulirlo y me inscribí para el curso siguiente. Así empezó todo».
Tras una temporada en Barcelona volvió a Madrid para trabajar para la agencia DDB. «Entonces empecé a conocer a mucha gente conectada con el mundo de la publicidad como a Mar y Marcus, que me fueron ofreciendo oportunidades para publicar en Ling, la revista que edita Vueling, y finalmente me dieron la oportunidad de hacer una portada para Yorokobu». A partir de ese momento, el trabajo de Marisa fue abriéndose a mucha más gente. «Recibía algunos encargos que podía llevarlos de forma paralela a mi trabajo en la agencia. Era una cuestión de echarle horas. Hasta que todo fue a más y me escribieron las que son actualmente mis agentes que llevan mi trabajo a nivel internacional, Anna Goodson, de A.G. Illustration Agency (USA) y Kathryn Perrot, de Illustration Room (Australia). Entonces vi que no daba abasto, que quería tomarme un descanso de la publicidad y dedicar todo mi tiempo a ilustrar». Esa dedicación ha sido un «proceso natural», explica Marisa. «Se han ido cruzando oportunidades en mi camino y yo las he ido aprovechando hasta hoy. No es premeditación, es casi una cuestión de destino».
En el trazo de Marisa se reconoce un aire infantil con recuerdos del pasado. Algo que se comprende al conocer los nombres de sus ilustradores y dibujantes de referencia. Entre ellos están el checo Miroslav Sasek, el cartelista francés Raymond Savignac, los dibujantes de UPA Pictures y Hanna- Barbera. Si bien, actualmente también disfruta mucho con ilustradores que están en activo como Nate Williams, que en breve estará en Ilustrafic, el primer Congreso de Ilustración, Arte y Cultura Visual que se celebrará en Valencia y que confiesa que tiene «muchas ganas de ir», Ben Mounsey y Tad Carpenter. Todos ellos conforman su inspiración impregnando indirectamente su estilo, que ella define como «un juego entre masas de color, un trazo amable y un poco de ternura».
En su trayectoria profesional, principalmente, dos son los trabajos por los que la ilustradora siente especial cariño. «Por la portada que hice para Yorokobu que me abrió muchas puertas. Y por una ilustración sobre los Oscar que he hecho recientemente para el diario The Baltimore Sun, por ser mi primer trabajo en Estados Unidos». Sobre la situación de la ilustración en España, reconoce que cada vez está más valorada, pero no quizás no de la manera que ella la entiende. «Hay veces que tu trabajo lo tratan como si fueras un artista y para mí no es así», subraya. «Yo soy un trabajador más que está al servicio de un cliente para obtener un beneficio, principalmente económico».
Actualmente, Marisa trabaja tanto dentro de España como fuera de nuestro país, disfrutando en ambos casos por igual. «Me he encontrado con gente maravillosa y, por lo general, aún no he tenido malas experiencias». La mayor diferencia está en la organización y en los presupuestos. «Yo con mis agentes tengo firmado un contrato, dónde se indica cuáles son mis derechos y mis obligaciones, dónde se indica cuándo y cómo se va a pagar y se cumple», a lo que puntauliza: «cobrar no es una cuestión de fe, como en España».
Para quienes estén empezando, aquí van unos consejos o aspectos a tener en cuenta. «Primero, la creación de un estilo personal, para lo cuál sólo puedo recomendar trabajo y pasión. Segundo, conseguir contactos que vean tu trabajo y lo quieran publicar de forma remunerada, para lo cual sólo recomiendo trabajo, pasión y paciencia. Y luego, una vez que ya has introducido la cabeza, lo tercero es mantenerse, y me figuro que para esto hace falta trabajo, pasión, paciencia y algún ingrediente secreto más que estoy por descubir».
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Actualizado 28/05/2015