La autodenominada como «La Madrina del arte de la performance» se lanza al mundo de la ilustración con una nueva edición de El patito feo.
La historia de Andersen sobre el patito feo, que soporta el tormento y la soledad antes de convertirse en un hermoso cisne, ha resonado en millones de hogares de todo el mundo desde que se publicó por primera vez en 1843. En esta hermosa nueva edición —con la traducción del texto original en danés—, Marina Abramović reimagina el cuento clásico agregando ilustraciones a lápiz que representan, con la expresividad y la fuerza que la caracterizan, todos los elementos ya míticos presentes en el relato original.
«Me atraía mucho la idea de ilustrar El patito feo. Tanto de niña como de adolescente, siempre me reconocí en ese cuento, porque yo también me sentía un patito feo».
Marina Abramović
Hay quienes consideran El patito feo un relato psicológico y espiritual, un cuento que contiene verdades fundamentales que todo ser humano debe asimilar. Esta edición es un libro puente entre generaciones, una historia inspiradora para niños pero también para adultos, gracias a los dibujos de la artista serbia, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, que recogerá hoy, 22 de octubre, en Oviedo.
Los trazos de Abramović, en apariencia simples y espontáneos, pretenden construir un universo parecido al de un sueño infantil, en el que conviven el drama y la ternura. En este ejercicio de regreso a la niñez, la reina mundial de la performance abandona su terreno habitual y nos ofrece un libro ilustrado único. «Ha roto muchos límites, llevando al arte nuevas perspectivas y dándole una nueva vida», dice sobre ella Jimena Blázquez, directora de la Fundación NMAC.
«Las ilustraciones a lápiz de Abramović son encantadoras y parecen dibujadas por una niña de primaria, como si entrara en la imaginación de su infancia».
Monica Uszerowicz, Hyperallergic
Para Abramović la historia de El patito feo resuena a lo largo de su trayectoria: «Cuando descubrí que podía expresarme por medio del arte de la performance, todo cambió. Conocí la belleza y la verdad a través de esta disciplina, aunque tuvo que pasar un tiempo para que el público lo entendiera. A diferencia del cisne del cuento, encontré mi identidad y mi fuerza antes de que los demás también fueran conscientes de ellas».
Lo mismo sucede con Andersen, quien un día confesaría que no necesitaba escribir una autobiografía; ya lo había hecho con El patito feo. «Un reflejo de mi propia vida», así definía el escritor danés este relato que se ha convertido en uno de los cuentos más emblemáticos de todos los tiempos.
Actualizado 25/10/2021