Malika Favre es la última artista en versionar la primera portada de The New Yorker lanzada el 21 de febrero de 1925. La ilustración original, The Butterfly Effect, representaba a Eustace Tilley y fue realizada por Rea Irvin, el primer editor de arte de la publicación. Desde entonces, una interpretación de su ilustración ha aparecido en la portada de cada aniversario de la revista la mayoría de los años.
«Quería capturar el porte y la pose del original Eustace Tilley, pero hacerlo como algo extremadamente sencillo y moderno», declaró Malika Frave a la editora de arte de The New Yorker, Francoise Mouly.
En lugar del hombre original, que ha sido reinterpretado por artistas como Robert Crumb, Christoph Niemann, Chris Ware y el año pasado Barry Blitt, Malika Frave ha representado la versión de 2018 de Eustace Tilley como mujer.