La identidad gráfica de las Olimpiadas de Londres ya está por doquier. La televisión, la prensa, las marquesinas, autobuses, las grandes marcas que se han asociado a lo que se conoce como el “espíritu olímpico” muestran el contundente y colorido logo en sus diferentes variantes. Sin embargo, quizás muchos no recuerden que este logo no fue el primigenio.
Inicialmente, el estudio Kino Design diseñó un primer logo, con un estilo clásico y más conservador, para el proceso de elección en el que Londres se medía con París, Madrid, Nueva York y Moscú. El segundo logo y definitivo es el actual, diseñado por el estudio Wolff Olins y que sin duda es mucho más rompedor y arriesgado que el primero.
El coste ascendió a 400.000 libras y tras darse a conocer causó un gran revuelo entre la opinión pública. Los londinenses lo tacharon de ser demasiado abstracto y no representar el espíritu de los juegos. Incluso hubo quienes veían un parecido con la cruz gamada de la Alemania nazi y se creó el sitio web Change The London 2012 Logo, en el que se recogían firmas para pedir el cambio del logo.
Desde Wolff Olins argumentaban así el diseño del logo:
«Hemos trabajado con el Comité Organizador de Londres para definir una clara ambición de Londres 2012. Estos Juegos tenían que ser de todos. La gente se va a desafiar a sí misma, para probar cosas nuevas, ir más allá, para descubrir nuevas habilidades. La marca que hemos creado apoya esta ambición: el emblema es el 2012, un símbolo reconocible al instante y una forma universal, está estrechamente relacionado con los Juegos de Londres. Es poco convencional, audaz, enérgico, deliberado y disonante, haciendo eco de Londres y sus cualidades de una ciudad moderna, vanguardista. No contiene imágenes ni fotos deportivas de las atracciones de Londres, el emblema que hemos creado para los Juegos es más que Londres, más que deporte. Los Juegos son para todos, independientemente de la edad, la cultura y el lenguaje. El emblema está diseñado para ser habitado, para contener rellenos e imágenes, por lo que se reconoce lo suficiente para que todos se sientan y sean parte de Londres 2012».
Con los meses la polémica se ha ido diluyendo y en vista del trabajo realizado para las diferentes variantes y aplicaciones, quizás, habría que replantearse si las críticas no eran un tanto exageradas.
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+info: wolffolins.com
Actualizado 06/02/2020