La nueva fuente por defecto de Google, diseñada como un traje a medida por Type Together, reemplaza a Droid Serif y logra una mejor lectura en dispositivos.
El puntapié inicial dado por Type Together en el proceso y desarrollo de la tipografía Literata, en un lejano marzo de 2014, nace a partir de un complejo encargo esbozado por Google. Con paciencia, Literata honra en sus curvas, en tanto programa, una larga serie de limitaciones técnicas exigidas por el gigante de logo multicolor. Con objetivos orientados a una lectura continua y rendimiento (de tinta electrónica a tecnología de renderizado), Literata ofrece una experiencia óptima de lectura en dispositivos como eBooks, smartphones y tabletas. Es decir, en su acepción básica, se puede leer. Además de convertirse en una aliada de la familia tipográfica Roboto, creación de Google, Literata se distingue, por cadencia, por forma y contraforma, pero en especial por identidad, en la aplicación Google Play Books, donde ya funciona para Android, y pronto tendrá su versión OpenSource.
José Scaglione y Veronika Burian hacen en Literata legible lo complejo a través de la interpretación de datos propios de la arquitectura de la letra y su condición de lectura, como años antes lo hicieron con familias como Abril, Bree, Karmina y Adelle.
Con similitudes a Georgia y Nimrod, les consultamos. ¿Cuál es la verdadera influencia de Literata? «Georgia y Nimrod son fuentes del estilo romanas escocesas, que tienen buena performance en pantalla porque tienen una estructura mecánica, de modulación o stress vertical y bajo contraste. Son fuentes inicialmente basadas en los modelos de Didot y en un menor punto en Baskerville», analiza José Scaglione. «Si bien utilizamos elementos de este estilo, Literata intenta ser un híbrido que incorpora particularidades más orgánicas, como por ejemplo un eje de modulación inclinado y un poco más de variación en los anchos de los caracteres. El objetivo era generar una textura un poco más rica para una mejor performance en textos largos».
–
Literata incluye dos variables de peso y sus itálicas, que incluye caracteres en cirílico y griego. Acerca de las limitaciones idiomáticas que, con frecuencia manejan en sus realizaciones, decía Veronika Burian en étapes:
«Una buena curva es una buena curva, independientemente de la lengua. El hecho de trabajar hasta la perfección las proporciones y las curvas del alfabeto propio facilita a los diseñadores la comprensión y la percepción de un alfabeto extraño».
Para Scaglione, «la nueva fuente es un cambio abismal respecto de Droid Serif», a la que considera demasiado uniforme, mecánica y poco proporcionada para libros.
Type Together logra lo que sostiene la antropóloga Michèle Petit en Leer el Mundo, es decir, una experiencia actual de transmisión cultural. Con la pantalla como obsesión, las líneas del Ulises, inmortales, imperecederas, que Type Together utiliza en su argumentación, ubica a Literata a la altura de un (nuevo) clásico digital.
Actualizado 14/07/2015