En la Reading Room, sin apenas llamar la atención, en la balda contigua a los Penrose Annual, sobre los U&lc, y bajo una pila de diccionarios y tesauros están los ejemplares de Signature, la revista que Oliver Simon publicó después de The Fleuron. Los ejemplares, envejecidos por el tiempo, no están tras una vitrina de cristal que los proteja del polvo, ni tras una llave que los proteja del hurto. No son la estrella de una biblioteca pero están ahí, haciendo historia.
No se puede hablar de Signature sin mencionar a Oliver Simon (1895-1956): editor, impresor, diseñador y amante de las letras y la tipografía. Sus padres eran seguidores de la corriente artística de las Arts & Crafts de finales del XIX y su casa estaba decorada con muebles y estampados de William Morris; viajaron y vivieron en diferentes países, por lo que no es de extrañar que Simon escogiera dedicarse a un oficio artístico. Tampoco resulta sorprendente que, prendado de varios ejemplares exquisitos de la Kelmscott Press que se exponían en el escaparate de la céntrica librería londinense Sotheran tomara la decisión de dedicar su vida a ser impresor. Era un hombre de iniciativa y en poco tiempo obtuvo trabajo en The Curwen Press, una de las llamadas private press de la época.
En 1922 ya estaba organizando cenas para crear una sociedad tipográfica que, entre otras cosas, demostrara que la composición tipográfica mecánica podía estar a la altura de la manual, es decir, que utilizar la Monotype para componer era tan válido como componer línea a línea manualmente (precisamente lo contrario a las tesis que William Morris había estipulado unos treinta años antes). De estas reuniones en el centro de Londres nació The Fleuron Society con cinco ilustres miembros: Francys Meynell (de la Pelican Press), Stanley Morison (en esa época en la Cloister Press), Hoolbrook Jackson (editor de To-day), Bernard Newdgate (del Shakespeare Head) y Oliver Simon. Esta sociedad duró literalmente dos reuniones, ya que no fueron capaces de ponerse de acuerdo a la hora de abordar diversos aspectos tipográficos. Sí salió, no obstante, algo positivo de todo esto: por un lado la publicación The Fleuron, editada por Oliver Simon y Stanley Morison, y un larga amistad entre ambos.
Oliver Simon fue también uno de los fundadores de The Double Crown Club, una sociedad selecta –y elitista– de apenas 60 o 70 miembros relacionados con la tipografía, impresores, editores, diseñadores e ilustradores. Estos hombres (puesto que las mujeres tenían vetada la entrada) se reunían no menos de 4 y no más de 6 veces al año para debatir en torno a la tipografía, y en cada cena uno de los miembros debía diseñar el menú que sería analizado y criticado en la misma reunión. El diseño del primer menú para la cena del 31 de octubre de 1924 corrió a cargo de Simon.
Parece que la labor de Oliver Simon no tuviera limite; además de sus trabajos como editor de revistas, impresor en The Curwen Press, organizador de eventos tipográficos variados, también publicó varios libros, entre ellos Introducction to typography, un completo manual sobre tipografía, y Printer and Playground, una autobiografía salpicada de letras y publicaciones.
La pasión que Oliver Simon demostró sentir por catalogar y editar hizo casi inevitable que se volviera a enfrentar a la idea de imprimir una publicación periódica sobre tipografía, tras su experiencia en The Fleuron. Así, en 1935 aparece Signature, con una temática más abierta con temas de tipografía y novedades de artes gráficas, y que se publicaría tres veces año. El primer número, más parecido a un libro que a una revista, no incluía ninguna investigación asombrosa, ni argumentos provocativos; de hecho ni siquiera incluía un editorial introductorio, dejando mudo al editor. Quien sí se nutría de sus páginas era The Curwen Press, la imprenta donde él trabajaba y donde se imprimían las páginas de la revista y en las que la publicidad de la imprenta está siempre presente.
Signature no fue una revista de gran éxito de ventas, a pesar de contar con un precio muy asequible, ya que de los primeros seis números se imprimieron mil copias de cada uno, de los que se vendieron una media de quinientos ejemplares. Quizás por ello Simon no cobraba y los articulistas recibían escasos honorarios en forma de libros o botellas de vino. Esto no resultó un inconveniente para que escribieran los tipógrafos y estudiosos de la tipografía mas relevantes del momento, pues solo en la primera época de Signature podemos leer textos de Paul Beaujon / Beatrice Warde, Stanley Morison, Henry Carter, A. F. Johnson o Holbrook Jackson entre otros, y apreciar obra gráfica de Picasso, Joan Miró o Henry Moore.
Cada número apenas tiene 30 o 40 páginas y los artículos que incluyen varían de la tipografía a la ilustración, las técnicas de impresión. muestrarios de tipografías de Monotype, etc. Los cuatro artículos de cada número, sus ilustraciones y las reseñas de libros tienen una presentación visual pausada, sin estridencias, sin el sentimiento de quien quiere traspasar la historia. Hay que leer cada línea, cada párrafo, pasar las páginas en silencio, para dejar que el trabajo de Oliver Simon se haga notar. Y es ahí cuando vemos que la composición de cada página, compuestas casi sin excepciones en Walbaum 374 y 375, es impoluta, los ritmos de la revista funcionan, las ilustraciones aparecen cuando deben y el tacto del papel es agradable sin ser lujoso.
La II Guerra Mundial partió la vida de Signature por la mitad. Cuando comenzó la contienda aún faltaban dos números para terminar la serie completa de cinco años que Oliver Simon se había propuesto completar. Muchos de los colaboradores ya no estaban disponibles, ya por obligaciones civiles, ya militares, pero a pesar de las dificultades Simon se decidió a imprimirlos y a culminar el decimoquinto ejemplar con un index completo de todos los números publicados. El 7 de octubre de 1940, mientras el último número de Signature estaba en máquinas, una bomba cayó sobre las instalaciones de The Curwen Press, destrozando las oficinas del director y de la administración. Superando todas las adversidades, 550 copias del número quince de Signature salieron de la imprenta.
La primera serie quedó por tanto completada con los quince números publicados entre 1935 y 1940. En 1945 Oliver Simon continuó con la edición de la revista. Esta segunda serie se siente diferente al tacto, como si la guerra le hubiera robado la inocencia. El papel es más blanco, las revistas tienen más páginas que abandonan poco a poco las cuestiones tipográficas para acercarse a las artísticas, la cabecera cambia y la diseñan tipógrafos como Jan van Krimpen. En total fueron dieciocho los ejemplares publicados, hasta 1955, un año antes de su fallecimiento.
Signature no rompió moldes ni en su forma ni en su contenido, tampoco fue un éxito de ventas, pero fue el resultado del trabajo bien hecho, pensado y meditado, sin alardes, sin gritos ni polémicas. Quizás por ello 75 años después seguimos hablando de ella.
Bibliografía consultada
Herbert, Simon. A note on Oliver Simon en The Penrose Annual, vol. 51, pág 67-70, 1957.
Shipcott, Grant. Typographical Periodicals between the wars. A critique of The Fleuron, Signature and Typography. Oxford: Oxford Polythecnich Press, 1980.
Simon, Oliver. Printer and playground. Londres: Faber and Faber, 1956.
Actualizado 20/02/2020