El Ayuntamiento de Madrid ha decidido no implementar la nueva identidad visual de la ciudad, diseñada por el estudio Atipus, ganadora del concurso internacional lanzado a principios de 2022.
Según hemos podido confirmar a través de diferentes fuentes, el proyecto ha sido abandonado sin una comunicación oficial que explique los motivos de esta decisión. La noticia llega tras meses de desarrollo y un proceso en el que participaron destacados estudios y un jurado de expertos, además de una importante inversión de recursos públicos. A Atipus se les ha comunicado que el proyecto queda parado y que no van a ejecutar el encargo de desarrollar el manual de marca. Aún así el consistorio tiene los derechos adquiridos para usar la marca tanto en la forma original o aplicando las modificaciones que crean convenientes.
Un concurso con gran participación y prestigio
La convocatoria, gestionada por la Oficina de Partenariado y Marca Madrid, atrajo un total de 83 propuestas de estudios y diseñadores nacionales e internacionales. Su objetivo era dotar a Madrid de una identidad visual que proyectara su carácter y valores a nivel global. Tras una primera fase, se seleccionaron cinco finalistas que desarrollaron sus propuestas en profundidad, cada uno de ellos recibiendo una compensación de 10.000 euros. Entre los finalistas, se encontraba una propuesta del reconocido estudio valenciano Pepe Gimeno, según ha confirmado el propio estudio.
El jurado estuvo compuesto por profesionales de gran prestigio, incluyendo a Manuel Estrada y Daniel Nebot (Premios Nacionales de Diseño), Armando Milani (Milani Design), y Alan Siegel (Siegelvision), junto a representantes municipales como Daniel Hidalgo Paniagua (Director General de Comunicación) y Héctor Coronel Gutiérrez (Director de Turismo de Madrid Destino). Tras evaluar las propuestas anónimas en la fase final, el jurado seleccionó como ganadora la de Atipus, presentada bajo el lema “MadridCorazón”.
El premio estipulado para el ganador era de 130.680 euros, correspondiente al desarrollo del manual de identidad visual y las aplicaciones del diseño. Sin embargo, según ha podido saber esta redacción, este importe no se ha satisfecho hasta la fecha, y las negociaciones entre el estudio y el Ayuntamiento continúan en un clima de incertidumbre.
Este logo pretendía sustituir al creado en 2018 durante el mandato de Manuela Carmena, un diseño que simbolizaba un abrazo y que apenas se ha utilizado en la ciudad tras el cambio de equipo de gobierno. A su vez, este reemplazó al logotipo desarrollado anteriormente por la agencia estadounidense Landor, que combinaba la palabra ¡Madrid! con exclamaciones y el tradicional escudo de la ciudad, representando al oso y el madroño.
“MadridCorazón”: una propuesta ganadora que no verá la luz
El proyecto de Atipus buscaba simbolizar a Madrid como el “corazón” cultural y social de España, destacando su carácter acogedor y dinámico. El jurado valoró su adaptabilidad a distintos formatos, su claridad conceptual y su capacidad para transmitir una conexión emocional con la ciudad. A pesar de recibir algunas recomendaciones técnicas para perfeccionar aspectos como el color y la tipografía, la propuesta fue anunciada como ganadora en enero de 2023.
Sin embargo, pese a las expectativas generadas, el Ayuntamiento ha optado por no implementar la marca. Según ha podido confirmar esta redacción, el proyecto ha sido abandonado, dejando en el aire tanto los motivos detrás de la decisión como el destino de los recursos invertidos en el proceso.
Un modelo de concurso bajo cuestionamiento
La decisión de no utilizar el diseño seleccionado en este concurso internacional reabre el debate sobre la idoneidad de los concursos abiertos como herramienta para proyectos estratégicos de gran magnitud. Este caso, sumado al reciente abandono de la marca de la Agencia Espacial Española, evidencia un patrón en el que los concursos públicos de diseño se utilizan para generar repercusión a corto plazo, pero carecen del compromiso necesario para garantizar un desarrollo efectivo y sostenible en el tiempo.
Desde el sector del diseño, las críticas se centran en la desconexión entre las decisiones políticas y los resultados creativos. Los concursos abiertos, a menudo impulsados como actos de populismo institucional, no favorecen procesos de trabajo colaborativos y estructurados, esenciales para crear marcas sólidas que aporten valor a largo plazo. La creación de una identidad visual no debería limitarse a un logotipo o a un resultado rápido; es un proceso profundo que requiere reciprocidad, continuidad y una visión compartida entre los responsables políticos y los profesionales creativos.
El caso de la marca turística de Madrid refleja con claridad esta desconexión: un proyecto anunciado con grandes expectativas que termina relegado al olvido, generando frustración en los diseñadores y desaprovechando los recursos públicos invertidos. En lugar de recurrir a concursos abiertos para resolver cuestiones complejas, sería más eficaz apostar por encargos estratégicos a estudios con experiencia en branding, permitiendo un desarrollo coherente, bien gestionado y adaptado a los objetivos a largo plazo de las instituciones.