La tecnología ha revolucionado el sector creativo, y el arte no es una excepción. Tres profesionales de la escuela de Artes TAI comparten sus perspectivas sobre cómo la tecnología ha influido en la forma de hacer arte, las oportunidades y amenazas de la Inteligencia Artificial o la relación entre arte y diseño.
El rápido desarrollo de la tecnología ha provocado una transformación sin precedentes en el mundo del arte. Las artes visuales, en particular, han sido objeto de un cambio radical en su forma, técnica y estilo. Asimismo, la tecnología ha abierto un mundo de posibilidades creativas y ha permitido a los artistas experimentar con nuevas formas de expresión que han sido claves en el desarrollo de esta revolución del mundo del arte.
Con el fin de arrojar luz sobre como la nueva tecnología influencia la forma de hacer arte en la actualidad, hemos tenido la oportunidad de hablar con Coco Moya, Silvia Cuenca y Bengoa Vázquez, tres profesionales de la escuela de Artes TAI que conocen de primera mano la situación de la creatividad en este nuevo universo tecnológico.
oportunidades y amenazas de la inteligencia artificial
La Inteligencia Artificial es la última gran revolución del sector creativo. Durante los últimos meses, hemos visto como nuevas y poderosas herramientas sacudían toda una industria a través de la increíble creación de imágenes y nuevos mecanismos. También provocaban la apertura de un debate en el que miles de profesionales del mundo de la creatividad se preguntaban sobre cuales debían ser los límites éticos de esta tecnología.
Coco Moya, artista, músico y profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Escuela TAI, asegura que lo que más le interesa de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial es que no «nos sustituyan como creativos, sino más bien nos superen, y que hagan una creatividad inusitada y sorprendente de la que un humano sería probablemente incapaz».
En este sentido, un debate que la parece interesante es cómo pensar «junto con las máquinas, cómo usarlas como una herramienta de pensamiento y de creación que nos haga salirnos de nuestras propias fronteras y sensibilidades».
El otro debate que a esta creativa le parece interesante es tratar de entender de qué hablamos cuando hablamos de inteligencia: «No se trata de una operatividad para mí, sino de una diversificación de las perspectivas, de las formas de ser inteligentes». En palabras de Moya, esto nos hace preguntarnos cuestiones como «¿qué es la inteligencia? Porque parece que emulamos la inteligencia humana cuando hablamos de la artificial, pero ¿por qué no podríamos intentar emular la inteligencia de una planta? ¿hay una IA capaz de hacer imágenes como las haría un gusano o una bacteria?»
En cuanto al diseño gráfico como herramienta de comunicación, Coco Moya tiene claro que viene a cubrir una necesidad siempre creciente, que es generar contenido cada vez más rápido y cada vez más atrayente: «Y en este sentido sí que nos van a “quitar el trabajo”».
Respecto a esto explica que llevamos oyendo desde el inicio de la revolución industrial que las máquinas nos van a prejubilar, y en lugar de eso lo que pasado es que estamos trabajando más bien para ellas: «Si hay que luchar contra algo es contra la precarización de las industrias creativas y de porqué los sueldos y las condiciones son cada vez peores. La creatividad se utiliza mucho, pero se valora poco».
relación entre arte y diseño
Una vez analizado lo que está suponiendo la llegada de la IA al sector creativo, es importante entender la relación que hay entre arte y diseño. Silvia Cuenca es doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y asegura «que los estudios en arte no mantienen suficientes relaciones con el diseño que, al margen de su capacidad conceptual y creativa, es un campo inmanente al presente».
Cuenca ha participado en exposiciones colectivas en España, Alemania y UK e individualmente en Madrid y cree que la educación en diseño también tiene lagunas en arte y que, por ello, hay ciertas herramientas que se pierden. Por ejemplo, Munari para ella es significativo porque, además de su trabajo como diseñador, escribió mucho sobre creatividad: «A veces resulta necesario encontrar publicaciones sobre esta capacidad y leer sobre ella».
Son precisamente lecturas como las de Munari o muchos de los libros de Jorge Wagensberg los que para Cuenca dan sentido a la relación entre arte y diseño. Asegura, además, que particularmente lee textos de teóricos como Jussi Parikka porque cree que le acercan a un imaginario compartido por ambas disciplinas.
«Centrándome en la profesionalización de artistas y diseñadores, ambos necesitan estar al día de la actualidad del otro», explica una artista que también piensa que la gráfica y la plástica no se alimentan de forma endogámica, aunque a veces desde las escuelas se proyecte que así es. Respecto a esto, cree que un artista que saca proyectos fuertes suele consumir bastante diseño y que, un diseñador que funciona, «conoce en mayor medida las estrategias del arte más contemporáneo».
tendencias en diseño
Además de su labor docente y sus múltiples exposiciones, Cuenca ha formado parte de proyectos como Rampa o Zahera/Cuenca y su trabajo suele centrarse en desarrollos gráficos y pictóricos. Esto le ha llevado a conocer de primera mano las tendencias en diseño, sobre las que afirma que son muy amplias y que hay múltiples espectadores: «Aproximarlas más allá de blogs malos sobre trends implica comprender que, la actualidad, en cualquier de sus variantes, tiene las claves».
Piensa que educar el ojo también es parte fundamental en ambos sectores y guarda relación con la sociología pero -asegura- lo más importante es siempre «ver, ver y ver sin dejar de lado los nexos entre las imágenes consumidas. La cantidad de imágenes a las que nos enfrentamos no sirven de nada si no le damos valor conociéndolas».
Por otro lado, piensa que las tendencias tienen su propia relación con la memoria: «Seguramente la parte social en diseño es algo sobre lo que podría extenderme, pero no desde perspectivas de conciencia social». También argumenta que le interesa más como la imagen de fácil digestión y la aceptación social de lo canónico moldea el gusto masivo para detener tempranamente el desarrollo individual del mismo: «Esto simplifica el trabajo en publicidad, pero conlleva consecuencias como perpetuar paradigmas de forma muy poco interesante».
más allá del software
Bengoa Vázquez, directora de arte, ilustradora y escenógrafa que compagina sus trabajos como freelance con su labor docente en la Escuela TAI y en la Escuela Minúscula de Ilustración, también ha compartido su visión acerca de la relación entre las herramientas manuales y la tecnología en el diseño gráfico. Para ella, aunque la popularización de los programas informáticos ha sido determinante en el desarrollo del diseño gráfico, es importante no sobrevalorar el conocimiento de estos en la práctica profesional: «Hoy en día no podemos separar una experiencia de la otra, pero creo que sería un error centrar nuestros esfuerzos como docentes en dirigir a nuestro alumnado fundamentalmente hacia ese sentido».
Según Vázquez, lo fundamental en el diseño es la resolución de problemas y, aunque el uso del ordenador puede resultar una herramienta de ayuda, no debería ser el núcleo central del proceso: «En un mundo en el que tenemos experiencias digitales constantemente considero que puede ser muy enriquecedor priorizar el uso de herramientas manuales para conectar de forma distinta con nuestras ideas y pensamientos».
En este sentido, para ella, el uso de herramientas manuales, como el lápiz y el papel, permite una libertad de pensamiento y creación que no es posible con el uso exclusivo de la tecnología. La experiencia manual implica una mayor libertad y rapidez de experimentación, ya que no está sujeta a los condicionantes y modos de proceder de un programa informático.
Por esta razón, Vázquez considera que es fundamental que las nuevas generaciones de diseñadores no pierdan la capacidad de proyectar en papel y de poder componer y realizar diseños acabados utilizando técnicas manuales. Esto les permitirá entender de forma distinta la composición y las posibilidades que ofrecen las técnicas manuales, incluso para ser transformadas en experiencias digitales.
Aunque para Vázquez la tecnología es una herramienta valiosa en el diseño gráfico, es importante no olvidar el valor de las herramientas manuales y fomentar el uso en la práctica profesional y en la formación de las nuevas generaciones. «Esta artefinalización en papel también puede llevarlos a entender de forma distinta la composición y las posibilidades que puedan ofrecer las técnicas manuales incluso para ser transformadas en experiencias digitales».
un grado adaptado a las necesidades actuales
En esta encrucijada donde se fusionan la creatividad y la tecnología digital, la escuela de Artes TAI se erige como un faro de luz para aquellos que buscan formarse en las artes y el diseño digital de vanguardia. Uno de sus programas insignia es el Grado en Bellas Artes con Diplomatura en Diseño Digital, una oportunidad única para explorar la infinita gama de posibilidades que la tecnología ofrece en el ámbito artístico y creativo.
En este curso, los estudiantes son conducidos por un camino que fusiona la teoría con la práctica, con el principal fin de brindarles una formación completa y sólida. La creatividad es estimulada y cultivada a través del uso de herramientas digitales avanzadas aplicadas a diferentes disciplinas.
El objetivo principal del curso es convertir a los alumnos en profesionales de la creación artística contemporánea a través de cuatro años de formación transversal en los que los asistentes aprenden a construir su propia identidad como artistas. Además de estudiar Bellas Artes, aprenden a adaptar su creatividad al uso industrial de lo visual con tecnología digital, fotografía, videoarte o diseño gráfico, web y escenográfico.