Parece que el término branding se asocia solo con grandes corporaciones y con proyectos de gran trascendencia. Pero este planteamiento es erróneo porque esta especialidad tiene que ver con todas las marcas ya sean grandes o pequeñas, de repercusión nacional o internacional, con un tono tradicional o rompedor y en cualquiera de sus ámbitos. Por eso, el proyecto que analizamos hoy, el nuevo estilo visual de Kaibosh, nos ayuda a entender que el branding también puede ser divertido y desarrollar proyectos cómplices con públicos poco convencionales.
Una identidad extrovertida
Dotar de personalidad a una marca que no quiere resultar aburrida, plantea el reto de crear una identidad extrovertida que se aleje de lo serio, de lo convencional y de lo neutro. Así, el objetivo de este proyecto ha sido generar un universo visual que abrace los gustos de un público no muy convencional, trendy, que conoce las últimas tendencias o incluso, que crea tendencia.
Este trabajo, desarrollado por el estudio de Estocolmo Snask, ha supuesto la revitalización de Kaibosh manteniendo su logotipo –diseñado en 2013–, añadiendo un símbolo potente, creando una tipografía propia llamada Sentrum y también, diseñando su flagship, packaging, señalización y publicidad para que su nuevo estilo nazca bajo una visión única y global.
El resultado es interesante porque no todos los negocios de este sector se atreven a apostar por un estilo tan divertido (el universo de las ópticas y gafas es, en general, serio y bastante aburrido). También lo es porque apuesta por un símbolo que representa de forma esquemática dos ojos cerrados cuando, por norma, en este sector se suelen mostrar los ojos abiertos para expresar el concepto de visión total.
Algo que llama la atención de esta nueva identidad es el hecho de que cuenta con escasos recursos (solo el símbolo, la tipografía y una paleta de color reducida) pero que parece enorgullecerse de ello mostrando creatividad con sus múltiples combinaciones.
Todo ello hace que, en este trabajo, cada decisión gráfica sea un acierto ya que consigue elevar el carácter de Kaibosh a un territorio simpático y amable pensado tanto para ese público moderno – hombres o mujeres– que utilizan las gafas como un complemento más.
Un estilo propio del norte de Europa
Toda la personalidad gráfica de Kaibosh tiene algo que nos atrae pero que no es fácil de explicar. Tal vez sea como hygee, ese concepto nórdico que tanto nos gusta porque tiene muchas connotaciones positivas y que es tan difícil de resumir en pocas palabras. Así, con este proyecto hemos descubierto una paleta de colores original (azul klein con rosa pálido) y un estilo tipográfico difícil de olvidar, no tanto por la tipografía en sí, si no por el uso que se hace de ella jugando con su movimiento, su desorden y su tamaño.
Cuando el branding es (muy) divertido
Todos los que trabajamos en branding tenemos la enorme suerte de poder disfrutar con cada uno de los proyectos que nos llegan dirigiendo nuestros esfuerzos, bien sea desde el diseño o desde la estrategia, en potenciar la esencia de las marcas.
Esto implica que, con cada nuevo proyecto, tenemos que empatizar y profundizar con cada compañía lo que se convierte en un reto continuo pero siempre enriquecedor. Si además, el proyecto pasa por enfatizar una marca tan interesante como Kaibosh, con ese estilo nórdico que tanto llama nuestra atención entonces, más que un reto, es un placer.