Judy Chicago (20 de julio de 1939, Chicago) es una artista, feminista, autora, maestra y humanista cuyo trabajo y vida son modelos para una definición más extensa del arte, un papel más amplio para el artista, y la defensa de los derechos de libertad de expresión para las mujeres. El trabajo de Chicago ha sido expuesto en los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda. Ha escrito 14 libros, llevando su arte y filosofía a los lectores alrededor del mundo.
A principios de la década de 1970, después de diez años de práctica artística profesional, Chicago se convirtió en pionera del arte feminista y la educación artística mediante un programa único en su clase para mujeres en la Universidad Estatal de California, Fresno. Durante años, ha continuado con el desarrollo de este enfoque pedagógico.
Judy Chicago forma parte de la primera generación de mujeres que se incorporaron a la práctica y a la teoría del arte junto a lo que en EE.UU se denomina ‘Segunda Ola’ del feminismo. En aquel contexto político, social, intelectual y artístico, en el que se cuestionaban los saberes heredados porque perpetuaban la dominación masculina, Chicago concibió su carrera en torno a las nociones de déficit y desobediencia. Será su frontal rechazo a acatar el mandato patriarcal que somete a las mujeres mediante ideologías que propugnan su natural inferioridad, y que preconizan que ‘la biología es destino’, lo que hará de ella una artista radicalmente innovadora.
En 1974, Chicago dirigió su atención sobre el tema de la historia de las mujeres, para crear su obra más conocida, The Dinner Party, la cual se llevó a cabo entre 1974 y 1979 con la participación de 400 voluntarios. Este proyecto monumental de multimedia es una historia simbólica de las mujeres en la civilización occidental. The Dinner Party encontró un hogar permanente en 2007 en el Centro de Arte Feminista Elizabeth A. Sacker en el Museo de Brooklyn.
De 1980 a 1985, Chicago trabajó en el Birth Project. Habiendo observado en el arte occidental una ausencia de inconografía en torno al tema del nacimiento, Chicago diseñó una serie de imágenes para bordado centrándose en el nacimiento y la creación, las cuales fueron realizadas, bajo la supervisión de la artista, por 150 talentosos bordadores en diferentes lugares del país.
Mientras completaba el Birth Project, Chicago también se enfocó en su trabajo de estudio individual para crear PowerPlay. A través de dibujos, pintura, tejido, papel de molde, y relieves en bronce, Chicago dirigió una mirada crítica feminista hacia el constructo del género de la masculinidad, explorando cómo las definiciones de poder han afectado al mundo en general, y a los hombres en particular.
La larga preocupación de la artista con respecto a los temas del poder y un creciente interés en su propia herencia judía, llevó a Chicago a su siguiente conjunto de obras, el Holocaust Project: From Darkness into Light, que tomó ocho años de investigación, viajes, estudio, y creación artística. Está conformado por un conjunto de obras que unen las pinturas de Chicago con la fotografía de Donald Woodman, así como obras en vidrieras y tapices diseñados por Chicago y realizados por talentosos artesanos.
Resolutions: A Stitch in Time fue el último proyecto colaborativo de Judy Chicago. Iniciado en 1994, Resolutions combina la pintura y el bordado, y, con la mirada puesta en el futuro, hace una reinterpretación lúdica de los dichos y proverbios populares.
En 2011 y 2012, las importantes contribuciones de Chicago al arte del sur de California fueron puestas en la mira en Pacific Standard Time, una iniciativa que documentaba y celebraba la valiosa historia de la región. Esta reevaluación del arte de Chicago ha desembocado en un renovado interés en su trabajo en todo Norteamérica y Europa.
En 2014, se llevaron a cabo exposiciones y eventos de costa a costa para celebrar el cumpleaños 75 de Chicago, culminando en la compleja obra pirotécnica A Butterfly for Brooklyn. Más de 12,000 personas asistieron a esta muestra pirotécnica en Prospect Park, Brooklyn, New York.
Durante más de cinco décadas, Judy Chicago ha permanecido firme en su compromiso con el poder del arte como vehículo para la transformación intelectual y el cambio social, y con el derecho de las mujeres de participar en los niveles más altos de la producción artística.