Instagram, ¿el nuevo mejor aliado de los ilustradores?

En menos de una década, Instagram ha transformado el sector de la comunicación visual, borrando poco a poco los intermediarios entre los creativos y su público. El servicio omnipotente que cuenta más de 1 billón de usuarios, conquistó a los ilustradores convirtiéndose en una plataforma privilegiada de exposición y fuente principal de ingresos. Para conocer cómo afecta a los ilustradores, lanzamos tres preguntas a los creativos Orlie Kapitulnik, Katie Benn, John Thomas, Allison Filice y Mark Ulriksen, en el marco de una mesa redonda sobre este tema, organizada el pasado 4 de diciembre por la asociación The Design Kids, capítulo San Francisco.

lustracion de Orlie Kapitulnik

Instagram se ha convertido en una plataforma imprescindible para promocionar trabajo y conseguir clientes. ¿Cómo habéis integrado estos nuevos usos en vuestro trabajo?

John Thomas: Ilustrador freelance en Oakland, California. Trabajó recientemente para Facebook Analog Lab en Silicon Valley y en la comunicación del SFMOMA.

«Odio Instagram. Lo odio tanto como lo amo. Cada vez que quiero hacer una publicación me bloqueo dos horas preguntándome si es lo adecuado, si es suficientemente bueno o sí a la gente le interesa. Instagram es increíble y conozco a gente que construyó grandes carreras a través de esta plataforma, pero para mí es un sufrimiento.

Pero definitivamente, soy muy prolífico a la hora de enviar correos electrónicos. Después de cada proyecto, contacto personalmente a los Directores de Arte y a mis ex-colaboradores. Muchos correos se quedan sin respuesta, pero solo hace falta una persona para que un nuevo proyecto nazca.

También me ha funcionado mucho, infiltrarme en el mundo de los directores de arte. Entender de qué hablan. Qué es lo que les interesa. Lo que les gusta o lo que odian. Escucho muchas entrevistas y podcasts, voy a conferencias de ilustradores y a workshops».

Allison Filice: Es ilustradora y diseñadora freelance con base en San Francisco. Sus clientes más recientes incluyen The New Yorker,  Refinery29, The New York Times y We transfer.

«Cuando empecé mi carrera, yo también mandaba muchos correos electrónicos, pero pueden pasar 8 meses sin que nadie te mande señales de vida. Sin embargo Instagram, nos provee de un servicio gratuito de exposición y comunicación. De hecho, es donde consigo la mayoría de mis trabajos».

Katie Benn: Es una artista freelance autodidacta residente en San Francisco. Dejó su trabajo en el sector de la tecnología y hoy trabaja como pintora, ilustradora y creadora de revistas independientes.

«Honestamente, sigo esperando una factura de Instagram. Hoy, la mayoría de mi trabajo llega o bien a través de la plataforma, o bien desde un correo electrónico de una persona que ha visto mi trabajo en Instagram. Es increíble.

Para mí no es difícil y no me angustia. Sin embargo, me doy cuenta de que cada vez más juzgamos a los artistas; ya no solamente por su arte, sino también por su personalidad. Queremos saber quién es la persona detrás del trabajo y si nos cae bien. Los artistas que sigo suelen compartir muchas cosas personales y yo también lo hago. Sin embargo, para mí es más difícil compartir mi trabajo. Siento como si tuviera 5 años, y esperara la aprobación de la gente. Es incómodo pero paga las facturas, permite conseguir visibilidad, hacer conexiones y mantenerlas».

Mark Ulriksen: Ilustrador y artista, consiguió alcanzar fama internacional ilustrando frecuentemente las portadas de The New Yorker. Hoy cuenta con más de 60 portadas publicadas en esta revista mítica. Recientemente publicó su primer libro ilustrado Dogs Rule Nonchalantly y realiza las ilustraciones del espacio de conciertos SfJAZZ.

«Soy nuevo en Instagram. Solía utilizar Facebook pero no me gusta hablar de mí mismo y no me gusta el carácter egocéntrico de esta red. No me gusta sentirme atrapado en esta espera de feedback y de aprobación. Como si mi vida dependiera de cuantos likes consigo en un momento preciso.

Sin embargo, encontré una manera de usarlo. Soy un aficionado del baseball, hincha de los Giants, y suelo dibujar durante cada uno de sus partidos. Cada vez que ganan, publicó una ilustración y comentó el partido. Un día, el jugador Mike Krukow me llamó después de ver mi publicación en Instagram. Nos conocimos, fuimos a mi exposición juntos y acabé dibujando postales para los Giants. Ahí es cuando digo ‘Ok Instagram, eso es cool’. No me importa compartir, pero no quiero apuntar los focos hacia mí».

Orlie Kapitulnik: Es ilustradora freelance, artista y profesora de grabado en 3fish Studio. Entre su trabajo, se encuentran ilustraciones para artículos de The New York Times, Curbed y John Hopkins Medical Review.

«Pues justamente, yo uso Instagram para estar cómoda delante de los focos, porque me cuesta mostrar mi trabajo. Es algo personal. Cuando salió Instagram lo vi como una plataforma de portfolio. Podía dibujar, publicar y luego olvidarlo. Solo tenía a mi madre siguiéndome y entonces sabía que por lo menos a una persona le iba a gustar.

Instagram es probablemente lo que me permitió profesionalizarme cómo ilustradora. Me fijé el objetivo de publicar contenido todos los días durante un año. Obviamente me dejaba días de descanso, pero establecí una buena rutina para liberar mi creatividad y mejorar mi técnica. Y funcionó. Instagram es un espacio ideal para compartir mi trabajo, ver el proceso de los demás y darme cuenta de cómo he crecido creativamente. Eso sí, le dedico mucho tiempo.

¿Cuál es la mejor estrategia de contenido cuando, al empezar, no se tiene un portafolio consistente?

Allison Filice: «Compartir proyectos personales es muy importante. En mi caso, eso lanzó mi carrera. No tenía ningún trabajo comercial que mostrar cuando empecé, así que publicaba trabajos personales y luego todo pasó como mágicamente. Mi consejo es: ‘Haz las cosas que amas y para las cuales quieres ser contratado’».

Katie Benn: «Me encanta lo que dice Allison, porque es una frase que me repito cada día. ¿Qué es lo que quiero hacer hoy, o la próxima semana?. ¿Qué es lo que quiero explorar y cómo puedo empezar a expresarlo, compartirlo y eventualmente ser pagada para hacerlo?. Uso Instagram como espacio para compartir proyectos personales y la mayoría de contratos que he conseguido, ha sido gracias a eso.

La plataforma permite también visibilizar las tendencias visuales y, como usuarios, estáis constantemente frente a estas imágenes. ¿En qué medida influencian vuestro trabajo ?

Allison Filice: «Si, al comenzar tu carrera, te dedicas a seguir las tendencias, te fundirás con el resto. Luego la tendencia pasará y te quedarás fuera. Es importante que tu trabajo refleje quién eres y qué es importante para ti. Si traduces el mundo desde tu perspectiva, y con un estilo único, tu trabajo se convierte en tu marca y los clientes llegan solos. Si solamente sigues las modas, tu trabajo puede tener éxito durante un tiempo, pero si creas algo tuyo, conectaras de una manera mucho más profunda con la gente y duraras más como ilustrador».

John Thomas: «Definitivamente, en el momento que te enteras de una tendencia, en general, ya está en descenso y copiándola, tu trabajo se verá anticuado. Para mí, dibujar siempre fue un espacio donde he podido construirme, buscando desde lo más profundo de mí y conectándome con lo que soy. Nadie dibuja como yo dibujo. Es como tu letra, es sumamente personal».

Mark Ulriksen: Estoy de acuerdo con John. Seguir las modas reduce tu carrera. Aunque yo mismo fui víctima de una tendencia. Llevaba trabajando para The New Yorker desde 1993 y un año de repente, llegó un nuevo Director Creativo en la empresa matriz, Conde Nast. Desde entonces se centraron en los artistas digitales. En esta época realizaba muchos dibujos para el interior de la revista y cómo no trabajaba digitalmente, ya no podía hacerlo. Pintar me tomaba demasiado tiempo, así que empecé a usar el iPad y ese tiempo se dividió por diez. Es la concesión que he hecho con las tendencias actuales.

Por otro lado, hoy veo que la ilustración tiende a ser muy plana. Pero eso cambiará porque es una tendencia. Sin embargo mi trabajo sigue siendo bastante dimensional. El mejor consejo que recibí en mi carrera fue de mi profesora y mentora. En ese momento, yo era diseñador gráfico y quería convertirme en ilustrador. Me dijo “si quieres ser un artista, tienes que conocerte completamente. Intenta descubrir cuáles son tus sueños. ¿Qué es lo que amas y por qué? ¿Qué es lo que temes y por qué? ¿Qué es lo que odias y por qué?”. Este consejo nunca lo olvidé. Así que, sé tú mismo y no te preocupes de las tendencias».

 

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