Rebeldía, resistencia, decisión, inconsciencia o simplemente un amor poderoso por la gráfica y la edición al ralentí, esto es, tomando cada proyecto como si fuera el último. O el primero. Son Industrias Lentas, Marta Pina y Sergio Luna, guardianes de una herencia que viene de lejos. En su taller de Valencia, abierto y diáfano como para cobijar un mar de tinta, conectan el tiempo. Su vecindario, el barrio correoso de Benimaclet, hace apología de la alianza para tomar esta imprenta como emblema del que sacar pecho.
Lenta, lenta. El marchamo de su revolución. El mantra atemporal por bandera de que no todo lo que avanza conviene. Resmas de papel acumuladas, una prensa vertical («ni siquiera el tornero al que se la encargamos sabía si funcionaría…»), muchas intenciones viscerales y una Hispania tipo Minerva que revolucionó al barrio como si fueran a descargar un dinosaurio en un patio trasero. Y funcionó. La locura que hace progresar.
Desde la lentitud que se cuela por el taller tal que un candil, Pina y Luna razonan el porqué de su cruzada, el método de la imprenta a la antigua usanza. El ‘no’ frontal a la reproducción masiva.
Marta Pina y Sergio Luna
«Los dos estudiamos Bellas Artes en la Universidad Politécnica de València, aunque Marta fue quien tuvo mayor contacto con el mundo del plomo, pues se especializó en Grabado y Sistemas de Estampación. Realizó cursos de Impresión tipográfica y estuvo muy en contacto con el taller de tipografía de la UPV. Desde hace años rondaba en nuestra cabeza la posibilidad de adquirir una imprenta tipográfica, pero económicamente y la falta de un espacio adecuado no nos lo permitía».
Preámbulo con una insoladora
«Hace muchos años, sobre 2004, cerró una imprenta en Sagunto y nos ofrecieron la oportunidad de coger material y maquinaria. Por entonces, no teníamos taller ni un espacio de trabajo en condiciones. Fuimos con una furgoneta y cargamos kilos de papel, tintas, fotograbados… y una vieja insoladora que guardamos en el taller de un amigo durante un par de años. Cuando por fin tuvimos nuestro taller la recuperamos y la pusimos en marcha como pudimos. A día de hoy la seguimos utilizando y todavía nos acordamos de todo lo que no pudimos rescatar de aquella vieja imprenta».
El inicio: la máquina tipográfica
«Fue en 2012 cuando surgió la oportunidad de comprarla. Trabajábamos con otras técnicas relacionadas con las artes gráficas (serigrafía, grabado…), pero sentíamos que la máquina tipográfica nos facilitaría el trabajo y nos ampliaría los recursos».
Una Minerva en el taller
«A través de un amigo nos llegó el contacto de una imprenta de Tarragona que vendía una máquina. Fuimos con una furgoneta enorme y volvimos cargados con un chivalete doble, la Minerva y restos de material que habían por allí. La imprenta estaba ya prácticamente desmantelada, porque el impresor se jubilaba.
Marta llevaba un par de años trabajando en una imprenta industrial, pero dejó este trabajo, lo que le permitió volcarse de lleno en Industrias Lentas».
Sus máquinas fundamentales
- Una prensa tipográfica Hispania tipo Minerva.
- Una insoladora Rectoplan.
- Una insoladora y mesa de serigrafía casera.
- Un tórculo y una imprenta sacapruebas tipográfica.
- Una guillotina eléctrica.
- Un túnel de calor para termorelieve.
- Una plegadora manual.
Sus técnica de impresión
«Principalmente impresión tipográfica, que incluye la impresión con tipos móviles, planchas de fotopolímero y magnesio, e impresión con otros materiales como linóleo o madera».
El objeto imprescindible
«Suena un poco tonto, pero tenemos una tijera enorme que nos trajimos de una imprenta que nos encanta. Bueno… nuestro maceador favorito lo jubilamos hace poco porque estaba reventado. Una lástima».
¿Por qué sigue siendo necesaria la impresión manual?
«Tampoco es que sea necesaria… es otro proceso más dentro del amplio abanico de las artes gráficas. La impresión digital cada vez es más versátil, ofreciendo casi todo tipo de acabados. Más que un distintivo en el procedimiento a la hora de imprimir, quizá la diferencia resida en el tipo de relación que se establece con el cliente. Rescatar procesos en desuso implica cierto compromiso, sobre todo si pensamos en la larga tradición que arrastra la imprenta tipográfica».
¿Vamos hacia una realidad más analógica?
«No. Es posible que cualquier retorno a lo analógico, por no ser lo habitual, haga más ruido. Pero estadísticamente está claro que es un uso anecdótico. Desde nuestro punto de vista, no es cierta la creencia de que lo analógico sea mejor, y no nos referimos sólo al ámbito de la impresión».
El trabajo más satisfactorio
«La portada para el libro Buffalo Bill, editado por Media Vaca. A pesar de que este trabajo se iba a hacer para luego ser escaneado y tirado en offset, al final se hizo una pequeña edición a dos tintas que quedó muy bien (lo decimos nosotros)».
La mayor satisfacción del oficio
«Poder experimentar con materiales y técnicas para encontrar la mejor solución en cada caso».
El mayor sufrimiento
«Repetir las cosas que no salen, aunque entendemos que forma parte del trabajo».
Tardarán una eternidad…
«Un cliente nos confesó que su mujer ni siquiera confiaba en que le fuésemos a enviar un presupuesto a tiempo, advirtiéndole de que con un nombre así tardaríamos una eternidad».
Industrias Lentas from Modik on Vimeo.
Actualizado 29/05/2018