Jordi Embodas presenta una nueva tipografía. Se trata de una fusión entre dos ideas aparentemente dispares y que en principio estaban destinadas a servir de base a dos tipografías distintas.
Sin embargo, finalmente se han unido en un solo proyecto y han dado lugar a Glucosa, un cruce de caminos entre elementos orgánicos y geométricos, un sugestivo encuentro entre una estructura robusta por un lado y un acabado suave y esponjoso, de esquinas redondeadas, por otro. Hemos hablado con Jordi Embodas para conocer de primera mano el singular proceso creativo de Glucosa.
¿De dónde surgió la idea de fusionar elementos orgánicos y geométricos para el diseño de Glucosa?
Esta tipografía no ha salido de una única idea, ha sido el resultado de fusionar varios elementos que teníamos en una serie de bocetos separados y al final vimos que podían ser combinadas en una única familia. Teníamos cosas muy gestuales que representaban conceptos como el viento y la dinámica y nos llevaban al ámbito del deporte. Y por otro lado, teníamos tipografías de una estructura más mecánica, más monoespaciada y la historia fue combinarlos. En realidad, durante un tiempo eran dos tipografías independientes que luego unificamos en una.
¿Cómo fue el proceso de equilibrar los elementos más rígidos y estructurados con los detalles suaves y orgánicos? ¿Qué decisiones tomaste para evitar que la fuente pareciera estática o repetitiva?
Por un lado, nos gustaba ofrecer una tipografía algo condensada, con una estructura muy regularizada, tirando a monoespaciada, pensando en un tipo de uso bastante digital para adaptarse bien a teléfonos móviles y pensada para textos breves. Pero sí nos parecía que podíamos sumar otros atributos para llegar a algo más singular y no tener algo tan neutral. Fue algo intuitivo. Entonces utilizamos otro camino abierto con la tipo gestual y lo incorporamos en esta estructura más rígida.
En lo gestual, está todo el tema del cambio brusco de dirección, que podemos apreciar en esa especie de erosión que se ve en la «a», en la «j» y en la «s». Introdujimos gestos dinámicos en la construcciones de las letras y de esta manera rompíamos con la estructura, más neutra, que estaba planteada. A su vez, el tema de redondear ligeramente todos los caracteres para conseguir un suavizado nos iba bien para estos dos espíritus que tiene Glucosa. La suavidad la acercaba al entorno digital y también combinaba bien con la gestualidad y los terminales de los trazos.
Dices en la descripción de la tipografía que los puntos cuadrados y algunos glifos parecen «bañados en miel» y son detalles distintivos. ¿Qué querías transmitir con estos elementos? ¿Cómo lograste que estos detalles encajaran de manera equilibrada en el conjunto de la tipografía?
Esos caracteres son un poco el resultado de esta fusión. Una vez que los dos caminos se unieron, hubo un proceso de unificar este suavizado con esas formas más sinuosas en los cambios bruscos de dirección y también esos trazos diagonales que se estrechan y ensanchan. Esa fue la consecuencia de trabajar con convicción esa fusión. Primero teníamos muchas dudas, pero, cuando apostamos por unificarlo, había que ir a por ello y nos llevó bastante tiempo para que todo respirara lo mismo. Estamos satisfechos con lo que ha quedado, aunque reconozco que es algo intuitivo y hay algunas cosas quizás demasiado sorprendentes, pero, a veces, está bien arriesgar.
¿Cómo abordaste el diseño de las cursivas para que tuvieran esa sensación de dinamismo? ¿Qué diferencias clave introdujiste en las cursivas con respecto a la versión regular?
En las cursivas también ha costado tomar algunas decisiones y elegir según qué formas. Primero queríamos que no fuese demasiado inclinada porque con una inclinación leve se acentuaba más el carácter dinámico de la fuente. Era un movimiento más natural y creíble y los gestos que venían de la redonda quedaban mejor integrados. Tampoco queríamos que estuviese más condensada que la redonda porque sería condensar demasiado. Nos parecía que la estructura regularizada se debía de mantener. Como peculiaridad, la «b» y la «p» y la «d» y la «q» tienen acabados distintos y se relacionan distinto a lo ortodoxo. En Glucosa, los grupos pasan a ser «b, q» y «d, p» porque el gesto encajaba mejor. Teníamos varios sets con versiones más simples o más complejas también con la «v», la «w», la «y» y la «x», pero al final nos dejamos guiar por el instinto, como de costumbre.
¿Hubo algún desafío particular en el diseño de Glucosa? ¿Algún aspecto técnico o creativo que te haya resultado especialmente complejo?
Lo más complejo, sin duda, ha sido la definición del diseño y la combinación de distintos atributos, a veces algo contradictorios. Y luego el redondeo, que no lo hace más difícil, pero sí más costoso. Aunque haya herramientas muy evolucionadas para redondear automáticamente, la automatización pura no sirve, sólo como una base inicial. Cuando el refinamiento es más global y completo, hay que ir a lo óptico y allí la matemática se altera.
¿Cómo cambió Glucosa desde su concepción inicial hasta el producto final? ¿Hubo elementos que consideraste, pero que finalmente no incluiste?
Cambió mucho. De hecho, no hay bocetos de la tipografía tal cual es ahora. Hay características presentes en distintos bocetos de otros diseños que no han progresado. Esto de fusionar es habitual en menor o mayor grado, pero en el caso de Glucosa es muy acusado. Siempre se suelen descartar algunos elementos. Había, por ejemplo, una versión con trampas de tinta redondeadas que podía encajar pero al final consideré demasiado.
Los nombres de las fuentes tipográficas suelen tener un significado especial. ¿Por qué elegiste Glucosa? ¿Qué relación tiene con las características de la fuente?
Normalmente y hasta la fecha siempre fui capaz de poner nombres a mis tipografías yo mismo, pero esta vez no. Como había combinado tantas cosas y había muchos conceptos entremezclados, me bloqueé. Pedí ayuda a Usted, que hacen namings memorables y me propusieron una serie de nombres muy buenos. Al final elegí Glucosa porqué tenía la connotación de dulce del presente en el redondeado, junto con la idea de energía presente en los trazos de la tipografía.
Hablemos ahora, si te parece, de los cambios que habéis hecho en vuestra web. ¿Por qué el cambio? ¿Cuáles son las novedades más destacadas en la nueva web?
Estaba bastante conforme con la anterior web, aunque era bastante antigua, de 2012. Le habíamos hecho algunas mejoras, pero hacía falta tal meneo que lo mejor era hacer la página de nuevo. Desde cero a nivel de programación, aunque a nivel de diseño hay menús que son un poco rediseño de lo que había. Dicho de otro modo, la mejor manera de implementar una lista de mejoras era volverla a construir.
Ahora hay sólo dos apartados principales. Primero, el catálogo de fuentes ahora está organizado por familias y subfamilias y todo el funcionamiento es mucho más simple. Hay que destacar la actualización de todos los archivos fuente de todo el catálogo, añadiendo formatos variables en muchos casos.
En segundo lugar, en el apartado custom fonts mostramos los encargos de las fuentes a medida, que es nuestra actividad principal y prioritaria. Aquí los proyectos se explican más extensamente con textos y más imágenes para que se puedan entender mejor los proyectos. Ahora está todo más automatizado a nivel tienda (licencias de fuentes). También es destacable la mejor accesibilidad de las tipografías gratuitas de prueba (trials) y sobre todo el descuento del 80% a los estudiantes.