El estudio NaN ha creado una serie de filtros para Glyphs con los que modificar una fuente aplicándole diferentes estilos gráficos a cada cual más irreverente.
NaN es un estudio berlinés que nació este mismo 2020 con el propósito de diseñar tipografías decorativa y experimentar con los procesos creativos. Uno de sus primeros proyectos es Generative Fonts, una colección de fuentes decorativas generadas proceduralmente. Más o menos. Te cuento.
En general, mediante unas variables —aleatorias o no— podemos alimentar un algoritmo y que este nos devuelva diferentes resultados. Un ejemplo: si a un algoritmo de suma aritmética le introducimos un 2 y un 3, nos devolverá un 5; y si le damos números diferentes, nos dará un resultado diferente pero siempre lógico dentro de las reglas marcadas. Esto puede escalarse tanto como se quiera para generar música, arte o incluso planetas con su propia fauna y flora.
Bien. ¿Se puede hacer lo mismo en tipografía? Sí y, de hecho, desde los años 90 se viene experimentando con ello. El ejemplo más popular es, probablemente, FF Beowolf (1990) de Erik van Blokland y Just van Rossum que «presenta una función de aletoriedad en su código que hace que sus formas cambien cada vez que se imprimen, por lo que ninguna letra se verá igual dos veces.»
Mientras que Beowolf actuaba a nivel Postscript al imprimir, en este caso hablamos de una intervención al generar las propias fuentes. El algoritmo viene en forma de filtros para Glyphs donde la variable es la fuente —o los iconos o cualquier otro vector— que queramos modificar. Hacemos click y a esperar a que el algoritmo nos devuelva el resultado.
Los filtros (algoritmos) disponibles son prosaicamente generativos (Maze, Storm), texturizados (Distresed, Dirt), ilustrativos (Bubbles, Beastly), hechos a mano (Doodle Triangles, Scribble), o simplemente únicos (Glitch Pop, Sea Camouflage). Para ponerlo incluso más fácil, Generative Fonts nos presenta ya el resultado con 28 fuentes generadas a partir de Rubik. Como el proyecto ha sido liberado (subvencionado) por Google Fonts todas las fuentes están disponibles con licencia libre SIL v1.1; los filtros también son de código abierto.
Teóricamente, sí nos encontramos ante tipografía generada por un algoritmo. En la práctica, sin embargo, es la misma fuente pasada por diferentes filtros. ¿Hace esto que sea menos interesante el resultado? En absoluto, aunque sí pienso que le resta espectacularidad a lo que en un principio parecía prometer.