Este pasado mes de septiembre entraba en circulación el nuevo fiver, nombre con el que popularmente se conoce el billete de cinco libras. La peculiaridad de su diseño inicialmente estaba en su material: el polímero. Una particularidad que hace que el billete sea más resistente, limpio y seguro frente a su posible falsificación. Ahora los británicos ya le han encontrado un nuevo uso mucho más original y musical…
El nuevo fiver, con el rostro de Winston Churchill en una cara y en la otra el de la reina Isabel II , entró en circulación el 13 de septiembre de 2016. «El billete de cinco libras conmemora los logros del único primer ministro que ha ganado un Premio Nobel de Literatura (en 1953) y uno de los grandes hombres de Estado de todos los tiempos, Winston Churchill», afirmó el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.
Inicialmente, la novedad estaba en que por primera vez el Banco de Inglaterra había tomado tomaba la decisión de abandonar el papel para adentrarse en el terreno más ‘plasticoso’. Los motivos de pasarse al polímero, según apuntan, se debe a la mayor resistencia y durabilidad del material. Hasta 2,5 veces más duraderos que los fabricados con papel de algodón y con capacidad de resistir un centrifugado.
Un hecho que por un lado permitirá que se conserve en condiciones higiénicas más limpias a la vez que ofrece un ahorro económico considerable. Aquí un dato: 21.835 billetes fueron sustituidos en 2015 debido a los desperfectos.
El nuevo billete también tiene funciones de seguridad avanzadas que hacen que sea más difícil de falsificar.
Ahora, lo verdaderamente novedoso del diseño de esta nueva moneda está en su uso. Desconocemos si a causa de la devaluación de la libra esterlina o por otros motivos, el caso es que los británicos le han echado imaginación y han descubierto que el nuevo billete plástico de cinco libras tiene habilidades de DJ. Tal cual lo lees. Y es que este puede ser usado como aguja fonográfica.
En YouTube ya se pueden encontrar vídeos en los que se ve el billete ‘tocando’ música en un tocadiscos, si bien la calidad del sonido deja que desear. Curiosamente, hasta ahora conocíamos a los fibers –con b–, como los seguidores del Festival de Benicàssim. Ahora habrá que tener en cuenta y no confundir con los otros fivers, también musicales pero de otra índole.
