Exaprint: impresión local, relación global

En un mundo dominado por interfaces digitales y producciones sin rostro, hay imprentas que siguen apostando por lo tangible, lo cercano y lo bien hecho. Exaprint, con sede en Molins de Rei y producción también en Francia, combina la agilidad del web-to-print con el arraigo de un taller propio, demostrando que lo local y lo global no solo pueden convivir, sino reforzarse mutuamente.

En una nave industrial de Molins de Rei, a pocos kilómetros de Barcelona, las máquinas no han parado desde primera hora de la mañana. El olor a papel recién impreso flota en el aire y el ritmo lo marcan las planchas, las bobinas y las manos expertas que ajustan, supervisan, encajan. Aquí no se habla de impresión como un servicio, sino como un oficio. Uno que requiere precisión, pero también escucha; uno que nace de un archivo digital y termina en un objeto físico cargado de intención.

Este es el corazón de Exaprint en España. “Imprimir desde aquí nos da una gran ventaja competitiva”, explica Monica Olivé, Directora Comercial. “Podemos entregar pedidos en 24 horas con nuestro servicio ExaYa, y eso no es solo eficiencia: es compromiso. Tener un taller propio nos permite controlar todo el proceso, asegurar la calidad y responder con rapidez. Pero también es una decisión emocional: estar cerca de nuestros clientes y compartir sus valores”.

Esa proximidad, sin embargo, no limita su escala. Exaprint produce también en el sur de Francia, ampliando su capacidad sin sacrificar la cercanía. “La colaboración entre ambos talleres nos permite ofrecer más productos sin perder agilidad”, cuenta Mireia Argemí, Product Manager. Desde Molins de Rei se prioriza lo urgente, lo personalizado, lo inmediato. Desde Francia se da respuesta a líneas técnicas más complejas. “Juntos, escalamos sin perder flexibilidad. Nuestros clientes no tienen que renunciar a nada”, afirma.

Pocos sectores como el de la impresión han vivido una transformación tan radical en tan poco tiempo. El auge del web-to-print, el crecimiento del e-commerce y los nuevos hábitos de consumo han obligado a los talleres a reinventarse. En ese contexto, el modelo de Exaprint ha sabido mantener un equilibrio inusual: ser una plataforma tecnológica sin renunciar al alma artesanal. Y eso se nota en el ambiente del taller: aquí no hay frialdad industrial, hay movimiento y coordinación.

“Lo que más me enorgullece de trabajar en Exaprint es poder cumplir con todas las metas que me propongo, tanto laborales como personales”, explica uno de los técnicos del taller. “Tener la oportunidad de aprender cada día sobre lo que me apasiona es una suerte. Luchamos para que el cliente reciba todo en perfecto estado y en el plazo deseado. Cuidamos cada detalle al máximo. La felicidad del cliente es, al final, también nuestra felicidad”.

El oficio no es solo técnica: es también equipo.

“Una de las esencias de este trabajo es poder compartirlo con un grupo humano increíble. Formamos una auténtica familia dentro de Exaprint. Ante cualquier problema, siempre hay alguien dispuesto a echar una mano. Solo trabajando como un grupo unido podemos alcanzar todos los objetivos que nos proponemos”.

Este modelo de trabajo tiene consecuencias que van más allá de la operativa diaria. Implica también una forma de entender el impacto ambiental y económico de cada decisión. Exaprint reutiliza el 99 % de sus residuos de papel, obtiene energía de 2.000 m² de paneles solares y trabaja con papel proveniente en un 95 % de bosques gestionados de forma sostenible. Cuenta con certificaciones como ISO 14001 o Imprim’Vert, y con instalaciones de Alta Calidad Ambiental.

Producir desde aquí no es una limitación. Es una manera de estar presente. Una forma de decir: estamos cerca, somos parte. Pero también de abrir puertas a lo grande. De acompañar a quienes necesitan soluciones rápidas, sólidas, bien hechas. Desde Molins de Rei, y más allá.

En un sector donde la automatización lo invade todo, sigue habiendo espacio para lo manual, lo bien hecho, lo humano. Exaprint no solo imprime: traduce necesidades en resultados tangibles, cuida las formas, respeta los tiempos y acompaña el proceso de principio a fin. Y lo hace desde un lugar concreto, con nombres, apellidos y una voluntad clara de crecer sin dejar de estar cerca.

Ese equilibrio entre velocidad y sensibilidad, entre tecnología y trato humano, es quizá el verdadero valor de una imprenta como Exaprint. En cada catálogo, en cada encargo, hay más que papel y tinta: hay una manera de estar en el mundo. Una forma de hacer las cosas que no se improvisa, que se cultiva. Desde el primer clic hasta el último pliego.

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