La Casa de los Morlanes acoge hasta el 17 de agosto una exposición única sobre tiempo, cultura y condición humana.
La Sala de Exposiciones de la Casa de los Morlanes en Zaragoza acoge hasta el 17 de agosto 365°, el proyecto más ambicioso y personal del fotógrafo Eugenio Recuenco. La muestra, que se inauguró el pasado 3 de julio, reúne una selección de su célebre serie de 365 imágenes —una por cada día del año— y propone un viaje visual tan estético como conceptual a través de la historia, la cultura y la condición humana.
Concebida a lo largo de ocho años, 365° no responde a una cronología convencional, sino que plantea una red abierta de significados. Cada fotografía, cuidadosamente construida dentro de un cubículo escenográfico, funciona como una escena autónoma, pero enlazada al conjunto por una sensibilidad común: el asombro, la crítica, la ironía o la belleza. En palabras del propio Recuenco, se trata de su obra más personal, un ejercicio de interpretación más que de documentación, donde el espectador debe implicarse activamente en la lectura de cada imagen.
La exposición está compuesta por una amplia selección del proyecto original, presentado en formato de cajas de luz que transforman la sala en una suerte de teatro inmersivo. En cada pieza, lo reconocible se convierte en alegoría y lo íntimo en espejo. Las referencias culturales, históricas, cinematográficas o literarias se entrelazan con gestos contemporáneos y reflexiones sociopolíticas, configurando un sistema simbólico complejo y sugerente.
Instalada en la Casa de los Morlanes (Plaza San Carlos, 4), la muestra puede visitarse de martes a sábado en horario de 10 a 14 h y de 17 a 21 h, y los domingos por la mañana. El lunes permanece cerrada. Se trata de una oportunidad excepcional para sumergirse en el universo narrativo de uno de los fotógrafos más reconocidos del panorama internacional, cuyo lenguaje visual, entre el cuento y la crítica, no deja indiferente.
365° no es solo una exposición fotográfica: es una propuesta escénica, emocional y conceptual que interpela directamente al visitante. Un calendario de imágenes que huye del tiempo lineal para construir, desde la estética, nuevas formas de mirar y de pensar.