El Centro Dramático Nacional ha confiado en el Estudio Sopa para renovar su imagen y establecer un nuevo discurso acorde con la nueva dirección.
Un nuevo Centro Dramático Nacional ha surgido de la mano de su nuevo director, Alfredo Sanzol, para esta temporada 2020-2021. El cambio, que ha llegado para quedarse, supone una transformación visual y hasta nominal. Una nueva web, un nuevo logotipo, un hashtag, un nuevo naming, un color que no pasa desapercibido y un tratamiento fotográfico en las antípodas de lo que nos tenían acostumbrados, nos muestra otro Centro Dramático Nacional.
«No se trata de cambiar porque sí, la idea del cambio es que cuando llega una nueva dirección se establece una nueva narrativa, una nueva forma de comunicarse con el público, de mostrar los nuevos proyectos y eso requiere una nueva imagen» Fernando Sánchez Cabezudo, director artístico del #Dramático
«De hecho una de las líneas es darle una importancia principal al trato que se da al público, cómo se comunica con el público y evidentemente la imagen es uno de los pilares más importantes». Así nos lo cuenta Fernando Sánchez Cabezudo, director artístico del Centro Dramático Nacional.
El proyecto tiene como punto de partida y base rescatar la palabra “#Dramático” del Centro Dramático Nacional. Con el hashtag incluido y dejando en segundo plano “Centro” y “Nacional”. Incluso la web ha cambiado su dirección por dramatico.es
EL #DRAMÁTICO
El proyecto se sustenta sobre tres pies: el nuevo naming y su logotipo, la fotografía intervenida y el uso del amarillo. En cuanto al naming, el Centro Dramático Nacional quiere que se le conozca como “el Dramático” y de ahí el nuevo logotipo en el que aparece la palabra caligrafiada y con un símbolo de hashtag delante.
En segundo lugar, la nueva imagen del CDN mantiene la fotografía como elemento principal. Pero la fotografía conceptual a la que nos tenía acostumbrados la institución con los trabajos de Isidro Ferrer y, en los últimos años, Javier Jaén, deja paso a la fotografía realista intervenida. Con la intervención de pequeños dibujos o garabatos en color amarillo, Estudio Sopa se va a encargar de realizar la comunicación visual de cada montaje.
Por último, el uso del amarillo, un color muy significativo en el mundo del teatro y que se dice trae mala suerte, ha sido totalmente intencionado como una manera de romper prejuicios y pasar a otra etapa del mismo proyecto.
“Lo que nos identificaba lo teníamos delante de nuestras narices y no le dábamos el valor que tiene. Encontrar en el centro del Centro la palabra ‘dramático’ articuló bastante el discurso”, continúa Sánchez Cabezudo.
Ahora con la nueva dirección se actúa no solo sobre la comunicación institucional sino también en el propio naming y branding de la misma. Una imagen que no ha dejado indiferente a casi nadie y que ha levantado críticas en las redes desde diferentes profesionales del diseño y la comunicación, sobre todo por el cambio radical con relación a las décadas anteriores con Isidro Ferrer o Javier Jaén que desplegaron un discurso mucho más poético.
El Centro Dramático Nacional fue Premio Gràffica 2011 por «su apuesta constante por mantener un alto nivel gráfico/artístico en sus imágenes de temporada, creando un discurso de gran potencia y coherencia en su identidad visual», algo que ahora mismo parece cuestionable.