Por más que lo intento, la tableta no me engancha. Y no será porque no me lo propongo. Incluso con la cantidad de referencias y sitios a los que estoy suscrito, no hay manera de encontrar una sola publicación que me enganche.
El artículo de Dani Matoses Autoedición de libros (antes de morir) deja claro que hay muchas vías para seguir editanto en papel; hoy mismo Diego Areso expondrá en su conferencia en el IED Caída y auge de las revistas (de papel) y este fin de semana el británico The Guardian ponía de manifiesto en el artículo The beautiful magazines setting out to prove print isn’t dead que lejos de desaparecer estamos ante un feliz resurgimiento y un futuro bastante prometedor.
Y es que, seré un nostálgico o me hago mayor, pero el papel sigue teniendo un atractivo que no tiene lo digital. Hace años en una conferencia que di para Fedrigoni recuerdo que decía que lo digital es información y el papel sensación. Y sigo en ello. El mundo digital es tiempo real, velocidad o lo que es lo mismo, información; pero el papel es disfrute y reflexión. El papel es sensitivo y nos da un tempo formidable. Para empezar, no hay que cargarlo y siempre funciona. Incluso lo puedes prestar.
Delante de una publicación bien editada con códigos de lectura interesantes, novedosos, con contenidos interesantes sigue siendo un elemento imbatible. Las tabletas, las webs, los móviles auguran grandes sorpresas y futuras innovaciones, pero el resurgimiento de publicaciones en papel me alegra. Me alegra pensar que la edición encuentra nuevos caminos, nuevos lectores, mejor calidad… Pero sobre todo me alegra ver a nuevos editores con nuevas ideas, nuevos proyectos.
Siempre ocurre lo mismo. Cuando sale un nuevo medio todo el mundo vaticina el fin del anterior y esta vez estamos lejos del fin. Si no os lo creéis solo tenéis que ver la conferencia en streaming de Diego Areso esta tarde [aquí] y veréis de primera mano la infinidad de posibilidades que demuestran que el papel ha vuelto, ¡larga vida al papel!