El esgrafiado segoviano ilumina desde el 5 de diciembre las calles de Segovia. El Ayuntamiento encendió las luces ‘culturales’ de Navidad basadas en esta técnica decorativa milenaria.
La decoración navideña de las ciudades suele ser una catástrofe visual multicolor donde no existe criterio ni fundamento conceptual. Únicamente se trata de poner lucecitas de colores titilantes. Bajo el nombre Ilumigrafías Adrián Cugar consigue introducir la cultura y el diseño en la iluminación y decoración navideña de las calles de la ciudad, pero sobre todo recupera está expresión artística para otorgarle el respeto que se merece. Nada de adornos industriales y seriados. Estas navidades, serán los elementos gráficos de la propia ciudad, los que bajo el estudio y diseño de Adrián Cugar, joven diseñador segoviano, iluminen el Casco Histórico de Segovia.
Sería aconsejable para todos los ayuntamientos que la decoración navideña se planteara estas cuestiones. En Madrid se ha hecho en algunas ocasiones, como un elemento más de diseño, de arte, de cultura visual y se contará con los profesionales adecuados para convertirlo en una verdadero sector de negocio, y no en una simple anécdota. Con 46.000 € de presupuesto hay suficiente dinero como para hacerlo bien.
El esgrafiado es una técnica decorativa que ha servido para ornamentar los muros de la ciudad desde tiempos romanos. «He pensado que era muy importante destacar este elemento que tiene un valor artístico importantísimo. También es muy importante destacar que dicha técnica suma elementos de todas las religiones y pueblos que han pasado por la ciudad». Es este elemento integrador el que se quiere plasmar en este proyecto cultural de la mano del Ayuntamiento de Segovia y la empresa de iluminación Carmelo Plaza.
El esgrafiado consiste en hacer incisiones sobre el cuerpo del objeto o pared, en la parte superficial, de manera que quede al descubierto la capa inferior, que es de otro color. Generalmente se usan plantillas para conseguir motivos geométricos de repetición. El esgrafiado se aplica sobre el enlucido de un muro, sobre objetos de cerámica y en la Edad Media sobre manuscritos en las ilustraciones en oro.
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